Perdón

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—Era su sangre, su sangre en mis dedos— dijo con voz temblorosa— nunca imagine que la sangre de Yuuri escurriría por mis manos.

Viktor ya no pudo seguir hablando, pues Otabek le propino un certero puñetazo y cayo de la cama en la que estaba reposando.

—¡Detente! — grito Plushenko mientras lo sostenía por la espalda.

Yurio estaba congelado, Viktor era muchas cosas a sus ojos: un idiota, un creído, insoportablemente leyenda, que dejaba azúcar por su paso, nunca se imaginó que pudiera hacerle daño a nadie, mucho menos al cerdito.

—Esto es muy serio— comento Yakov mirando severamente a Viktor— incluso podrías ir a la cárcel, claro si Katsuki te denuncia.

—¡Si él no lo denuncia yo lo hare! — grito Otabek.

Una enfermera y el doctor ayudaron a levantarse a Viktor.

El celular de Plushenko no dejaba de sonar, con una mano lo agarro para apagarlo, mientras que con la otra evitaba que Otabek se le fuera a los golpes a Viktor, aunque en el fondo pensaba que lo merecía.

—Es Katsuki— dijo soltando al kazajo, quien se calmo al escuchar que era el hombre que amaba— ¿Si?

Plushenko salió de la sala, seguido de Otabek, quería saber, necesitaba saber. Pero con todo dejo que Plushenko hablara en privado y alejado de él, pero con sus ojos oscuros mirándolo ansiosamente, con la muda pregunta en los labios de Otabek, contesto Plushenko.

—Katsuki estaba preocupado por Viktor, vio la caída por televisión, quería venir, pero dado que no se encuentra bien, logre convencerlo de que no lo hiciera.

"Tan atento, a pesar de todo, idiota", pensó dolido Otabek.

Luego volvieron a entrar al consultorio, a lo lejos se oía como la competencia seguía.

—¿Podrían darnos unos minutos? — pidió Plushenko a la enfermera y al doctor, ambos salieron.

El rubio respiro profundamente y comenzó a hablar.

—Katsuki te conoce bien Viktor, me pidió que te dijera que se encuentra bien, y que te perdona el haber intentado "propasarte", su herida no corre peligro, solo fueron los puntos que se abrieron por el forcejeo, está descansando con sus padres sin ningún peligro, hubiera querido poder hablar contigo, pero como te imaginaras, aún sigue muy impresionado de que lo intentaras... violar.

—¿Esta bien? — pregunto Viktor con la voz entrecortada y con lágrimas escurriendo, conmovido de la amabilidad de Yuuri.

—Lo está, ahora descansa tu también.

Viktor se recostó con más tranquilidad y cerró los ojos.

Todos salieron.

—Entonces, ¿no pasó nada? — pregunto Yakov.

—Katsuki me conto que en el forcejo se le abrió la herida del accidente, aprovecho la distracción de Viktor para darle una buena patada y huir, no llego muy lejos cuando necesito ayuda, pero solo fue un susto.

—Menudo susto— dijo Otabek arrastrando las palabras— y ahora me quede sin entrenador. Aunque no llego a mayores, yo no puedo seguir bajo las órdenes de Viktor, bueno, no es lo que me interesa ahora...

—No te preocupes, en este evento seré tu entrenador, me siento responsable por la actitud de Viktor— declaro Yakov apesadumbrado, Otabek asintió agradecido.

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A pesar de la reciente tensión, el programa de Otabek fue sublime ganando el primer puesto, Yurio quedo en segundo lugar. Ya en las entrevistas, Otabek declaro que sus programas se los dedicaba al patinador Yuuri Katsuki, por supuesto todos sabían de su amistad antes del accidente, pero nadie estaba enterado de la supuesta pérdida de memoria del japones, quien desde su hogar sintió las orejas calientes, Otabek siempre había sido muy serio, formal, pero cuando se trataba de Yuuri, el kazajo simplemente era otro, pero intentaba no pensar en ello, aun creía que aquellos eran pareja, y muy pronto se enteraría de lo contrario, pues Otabek y Yurio viajaron a Hasetsu, para ver como estaba el japones.

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