Missing

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Era la tercera caída en la práctica, no más bien la cuarta.

-¡Carajo Altin! ¿quieres romperte una pierna? ¡Sal de la pista! - ordeno Viktor.

Otabek salió sin chistar, no culpaba a Viktor de que actuara como si nada, Yuuri estaba fuera de peligro, pero se perdería el GPF, según menciono Plushenko, pues la lesión en una de las piernas aunque no era grave era de cuidado, lo mejor era reposar, y estar listo para el Cuatro Continentes, por ese lado tampoco estaba preocupado el kazajo, pero la evasiva mirada de Yuuri en el hospital y peor cuando quito sus manos como si Otabek le hiciera daño, y sus palabras, por Dios esas palabras de desconocimiento, lo aniquilaron.

"Olvido todo lo que pasamos mientras entrenamos juntos, mientras vivimos juntos"

Yurio lo miro de lejos preocupado, solo ellos dos sabían, que Yuuri había perdido cierta parte de su memoria.

-Beka, ¿quieres ir por un jugo? - propuso Yurio.

-Si- contesto mecánicamente.

-Deberías de visitarlo.

- ¿Eh?

Ambos caminaron en dirección a la maquina dispensadora de bebidas.

-Visita al cerdito, seguro si le cuentas recuerda.

-No creo que sea buena idea, tu lo viste, no solo me olvido, parece que me odia.

-Entonces con mayor razón, visítalo.

-Tendré que romper una promesa.

- ¿Y que es más importante? ¿Esa promesa o lo que sientes?

Otabek se quedo pensativo. Sabia la respuesta.

:.

.:

Con un gran ramo de rosas rojas, entro a la habitación del hospital. Un poco nervioso, pues era la primera vez que le compraba flores a alguien, el kazajo no se consideraba cursi, pero justo ahora lo era un poco, tenía por qué.

Yuuri se tenso al verle tan pronto, no estaba preparado, así que se apoyó en el té que tenía enfrente, miro el contenido de la taza como si ahí dentro se encontrara una medalla de oro.

-No sabía que era tu hora de comida, perdón por interrumpirte, yo- dijo nervioso- espero no seas alérgico a las flores.

Otabek dejo las rosas en la mesita al lado de la cama.

- ¿Quieres que te ayude?

-No gracias.

Otra vez le evadió la mirada.

Y dolía.

-Si has olvidado que somos amigos- dijo sentándose en la cama-, entonces te propongo serlo de nuevo, Katsuki Yuuri, ¿me harías el honor de ser mi camarada?

Escuchar su nombre completo, y esa mirada llena de anhelo lo sonrojo por completo.

- ¡Casi sonó a una propuesta de matrimonio! ¡Y hasta rosas le trajiste! ¡Y rojas, el color de la pasión! - exclamo la hermana de Yuuri desde la puerta.

- ¡Mari! -exclamo Yuuri.

-Buenas tardes- se levantó Otabek.

-No seas tan formal, de vez en cuando llamaba para saber cómo estaba mi hermanito en tu patria, no es como si fueras un extraño.

-Claro tu no me has olvidado.

- ¿Cómo dices? - pregunto extrañada.

-¿Qué opinan los doctores de la perdida de m...?

Yuri On FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora