Sentimientos

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El de ojos chocolate estaba más desnudo que vestido, en una cama, Yuuri y Otabek, de nuevo.

Lo inevitable pasaría entre ellos.

-Voy a limpiar lo que él ensucio- con voz ronca declaro Otabek mientras se quitaba su camisa.

Yuuri lo miro expectante, semisentado, con las manos arrugando las sabanas y con los ojos cargados de deseo.

Luego fueron los pantalones del kazajo que salieron disparados, puso ambas manos sobre el torso desnudo de Yuuri

- No me gustan los preámbulos.

Otabek era de pocas palabras.

Despojo a Yuuri de su última prenda, dejándolo expuesto a lo que quisiera hacerle, y abrió las piernas como invitándolo a continuar con lo que era claro que tenía pensado , al ver esa mirada negra y penetrante, y así fue, metió en su boca la erección naciente de Yuuri, gimió de placer ante semejante acto, ambos lo hicieron, como si hubieran esperado una eternidad por ello, Yuuri acaricio con sus manos la cabeza de Otabek, y lo incito a hacer movimientos más acelerados sobre su miembro.

¿Cómo fue que el héroe kazajo cayó rendido ante la mirada de chocolate?

Mientras le hacia un oral con suma delicadeza, Otabek lo recordó:

❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️❄️

Yuuri tenía dos semanas de estar entrenando en la misma pista que él, no eran muchas palabras las que intercambiaban, uno tímido, el otro demasiado callado.

Cierto día, Yuuri se quejó de una leve lesión en la práctica, así que Serik lo mando a descansar para evitar un problema mayor, pero a las pocas horas una gran tormenta se desato, para Otabek no hubo ningún problema, incluso fue mejor, así que pudo quedarse más tiempo mientras la tormenta disminuía, pero una vez acabo, se subió en su moto y se dirigió a su casa, la tormenta ahora era una lluvia ligera, cuando entro su madre lo recibió preocupada.

-Ah, hijo, creí que era Yuuri, ya se tardó, yo debí ir, seguro se perdió, no tiene mucho por aquí, y bueno, no es que la medicina fuera tan necesaria...pero el...

-¿De qué hablas mamá?

-Bueno, es que tu hermano comenzó con un dolor de estómago y no tenía lo que siempre le doy, Yuuri en plena tormenta se ofreció a ir por el medicamento, pero lleva más de dos horas fuera.

-Iré a buscarl...

Yuuri entro con la medicina en la mano, todo empapado.

Titiriteando le dio la medicina a la señora.

-Perdón, creo que di muchas vueltas.

-¡Que tonto eres! - reclamo Otabek- ¡Te hubieras llevado un paraguas!

-Cierto...

Yuuri se desplomo en los brazos de Otabek, tenía fiebre.

-Tonto y delicado- murmuro Otabek.

Pero ese gesto, ese gesto hizo que el kazajo mirara de otra manera a Yuuri, como veía las cosas que le gustaban, cuido de él toda la noche hasta que la fiebre bajo, se sorprendió de lo tersa que era la piel de Yuuri cuando toco su rostro sonrojado.

Otabek delineo las lindas facciones del japonés, mientras pensaba en su amabilidad, correr el riesgo de enfermarse por un niño que ni de su familia era, eso seguro lo retrasaría en sus prácticas, pero a Yuuri ciertamente no le importo eso.

"Eres un lindo idiota"

Y el lindo idiota sorprendió a más de uno, cuando regreso a las practicas, pues parecía que su cuerpo no conocía la palabra cansancio.

Yuri On FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora