C∆PÍTULO 11| Empieza la acción.

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Me desperté unos minutos antes que la alarma de mi móvil, no estaba muy activa, pero tampoco tenía mucho sueño. Estaba bastante rara aquel día. Quería ir al instituto, en parte sí, y otra gran parte me decía que no. En primer lugar, Will está allí, furioso, y Josh también. Con Josh soy la única persona de todo el instituto que habla con él.(Sin contar a los profes)

—Vamos, Jodie...—me dije —Hoy es otro de esos días en los que te pasa cosas anormales y fuera de lo común. Así que, vamos a prepararnos.

Sí, hablaba conmigo misma.. ¿Qué pasa?

Me fui al baño de mierda, porque, en este piso de mierda, solo hay un baño. Y el baño es una mierda.

¿Es necesario escribir como hago pis?

Salí del baño, y me hice una cola de caballo. Estaba contenta, mi pelo estaba genial. Quiero decir, no tan largo y rubio como antes, pero mi color castaño oscuro, con las puntas rectas me encantaba. Estaba contenta, hasta que recordé el motivo de porqué mi pelo estaba así.

Hice una mueca mirándome al espejo.

—Jamás te olvidaré, hermanito. —dije besándo su foto , que tenía en mi escritorio. —Jamás. —-repetí.

Me vestí con lo primero que pillé. Sudadera rosa de Oxford unos pitillos negros y obviamente, adidas blancas. Y como no, me puse la bufanda de lana de Josh.

Fui a la cocina, que estaba a tan solo...unos... Ocho metros de mi habitación. Me preparé un colacao, y acaricié a mi perra que no paraba de gruñir.

¿Solo te tomas un colacao por la mañana?

Si, lo siento, pero eso de galletas, beicón, huevos y zumo por la mañana me entran ganas de potar.

Salí del portal y me quedé petrificada. Una furgoneta enorme blanca con los cristales tintados, estaba estacionada en frente de mi acera. La furgo de Leo.

Con pasos vacilantes me acerqué.

—¡Gambinaa! —me saludó sonriendo.

¡Ahh! ¡Dios!

No había nadie de copiloto, pero cuando me acerqué, vi a Ruth agachada recogiendo su mochila verde del suelo.

Ugh.

Mierda yo lo quería para mi sola.

—Hola —sonreí. La puerta corrediza se abrió. Y entré de un salto.

—Buenos días — sonreí, inspeccionando a toda la furgoneta. Sin rastro de Will.

Eso me puso nerviosa.

—Buenos días — me contestó Abi.

—¿Y Will? —pregunté.

—No sé que le pasa. —gruñó Alex —Dice que no se encotraba muy bien y que no quería venir..—dijo con el ceño fruncido. —-Como sea por alguna pava...—hizo un gesto con las manos, de romper el cuello.

¡Mierda!

No solo tenía que alejarme de Will, sino de Alex. Recemos porque Will no diga nada.

Saqué el móvil.

Yo: Por qué no has venido?
Mueve tu culo de simio hacia la furgo YA.

Bloqueé el móvil esperando una respuesta.

Will: No... Me encuentro mal.

Suspiré.

Yo:  si es por lo de anoche, losiento vale? Además, Alex me rompera el cuello si se entera q estas mal por mi...

MI DULCE DESASTREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora