6.1

146 13 0
                                    


No terminaba de conformarme, así que la di vuelta y tomé su formado culo entre mis manos mientras la penetraba de una sola embestida. No fueron más que un par de sacudidas hasta que hube acabado. Una vez que terminé con Lilien, me levanté para vestirme y así regresar a mi trabajo.

Cuando llegué, el Sr Creus, el padre de Emilio, ya se encontraba aguardando en mi oficina. Luego de mirarnos, nos dimos la mano cordialmente y lo invité al despacho mientras compartíamos una copa y hacíamos nuestros negocios. Tres horas duró nuestra conversación y diría que fue de lo más llevadera. Era un hombre inteligente y de buena fe, honesto y leal, para ser la primera impresión había sido una bastante buena. Acordamos que su papelera proveería los primeros mil tomos de mi editorial y de acuerdo a las cifras que entonces obtuviese, analizaríamos la oportunidad de renovar el contrato.

Dejar(te) ir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora