-¿Un baile con mi prometida?- sugirió Thomas sin dejarme posibilidad de elección.
Tomó mi mano y me dirigió hacia el centro del salón y comenzamos a bailar. Noté que tenía ciertas dificultades en coordinar sus piernas y más que un par de veces corrí las mías para evitar algún que otro tropiezo.
Luego de tres bailes, Thomas se encontró con un antiguo amigo y aproveché para retirarme con la excusa de ir por un refresco.Me encontraba un poco abatida. Tanta gente, todos felicitándole o preguntando por la boda, siendo este el último tema del cual quería hablar.
ESTÁS LEYENDO
Dejar(te) ir.
RomanceY ella parecer ser la única que no entiende al amor o, peor aún, el amor no la entiende a ella. Él descubre que la pasión no siempre se reduce a lo físico y que en una sola persona se puede encontrar un lugar seguro y lleno de inestabilidades a la...