Notas de café

Dos tazas de té

Escuche un interruptor encendiéndose y un par de ruidos más, hasta que escuche el movimiento unas llaves en la puerta y lentamente, la puerta se abrió.
Una linda imagen apareció en mi plano de visión, un Milo despeinado y medio dormido, en pantalones y sin camiseta.

Patrick pagaría por ver esta escena.

-¿Penny? ¿Que haces aquí?- pregunto Milo, fregándose un ojo para poder despertarse un poco.

-¿Puedo pasar?- pregunte sin mirar su cara por la vergüenza, o porque me gustaba la vista de su torso.

-Si, por supuesto- dijo haciéndome lugar para poder entrar y cerrar la puerta- ¿Tienes frío? ¿Quieres un té?- pregunto Milo tomando una camiseta que se encontraba arriba de su sofá.

¿Es política del edificio ofrecer té?

-Si, tengo frío y si, quiero un té por favor- respondí.

-Bueno, enseguida vuelvo, siéntete cómoda Penny- dijo Milo sonriendo para luego desaparecer por un pasillo.

Me senté en el sofá a esperar, y no pude no sentir curiosidad, así que, me levante y comencé a recorrer la sala. No era muy grande, un sofá, un escritorio, una pequeña biblioteca, un tocadiscos y un par de cámaras. Me acerqué al escritorio donde habían un par de fotos al costado de la computadora.
La primer foto era de una mujer joven con un niño en brazos, otra de las fotos era Milo sosteniendo una cámara, mirándola atentamente y la última era la misma mujer pero con muchos más años y Milo abrazándola por su espalda.

-Sigo igual de lindo ¿No crees?

Solté un pequeño grito de susto, y cuando me voltee, encontré a Milo con dos tazas de té en sus manos y un sweater colgando de su brazo.

-No te escuche volver- dije ya calmada.

Milo simplemente sonrío y me tendió una de las tazas y el sweater.

-Tomare eso como un no- dijo Milo para después, ambos reír.

-Te quedará un poco grande, pero no vas a tener más frío- dijo Milo sentándose en el sofá- Ven aquí- dijo palmeando el sofá- puedes sacarte los zapatos si quieres.

Gracias Milo, gracias.

Coloque mi taza en el escritorio por un momento para poder sacarme los zapatos y ponerme el sweater de Milo. Una vez que estaba lista levante mi vista y vi cómo Milo solo me veía y sonreía con un par de ojos medios somnolientos. Toma mi taza nuevamente y me senté a su lado.

-¿Vives solo?- pregunte un poco nerviosa, porque sabía que me iba a preguntar qué hacía ahí.

-Casi- respondió Milo y al ver mi reacción un poco desentendida, prosiguió- Vivo con mi tía, pero ella viaja mucho. Yo necesitaba venir a la ciudad para estudiar y trabajar, y ella me ofreció lugar. Mientras ella está en una punta del mundo, yo vivo y limpio en su casa- dijo Milo sonriendo para darle un sorbo a su té.

-Wow, debe ser genial vivir "solo"- dije marcando comillas en el aire.

-Tiene su lado bueno como también su lado malo.

Asentí y nos quedamos un par de segundo en silencio.

-Penny, ¿Que haces aquí? ¿Como conseguiste mi dirección?- pregunto Milo.

-Emmm...bueno, yo- intente calmarme al recordar lo que había sucedido con Chris- Si, emm..Chris me dijo que tú vivías aquí...- conteste.

-Ajam...¿y...?- Milo me regalaba un mirada insitandome a seguir mi relato.