¿Quien es Milo?

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¿Acaso dos personas podían ser más perezosas que Milo y yo? La respuesta era negativa.
Abrí mis ojos sin sentirme cansada, había dormido todo lo que podía dormir. Lentamente extendí mi brazo para alcanzar mi celular que se encontraba en la mesa de noche y abrí mi boca sorprendida al ver que eran las siete de la tarde.

Habíamos aprovechado el tiempo hasta las siete.

Volví a colocar mi teléfono en su lugar y me di vuelta, para encontrar a Milo profundamente dormido, con su boca un poco abierta, lo que me causo mucha gracia, pero no podía reírme si no quería que se despierte. Por segunda vez, y con más cuidado, tome mi celular para capturar ese momento, si Milo podía sacarme fotos, pues yo también.

Mierda, perdón Milo.

No pude evitar reírme, y sin poder lograr mi objetivo, conseguí que Milo abriera sus ojos, un poco desconcertado, sin entender mis risas.

-¿Que paso? ¿Estaba roncando?- pregunto Milo, logrando que siga riendo y esta vez, un poco más fuerte. -¿Que? ¿Estaba hablando dormido? ¿Me tire un gas? ¡Penny!

Cada pregunta que hacía Milo, hacia aumentar mis risas y su desesperación. Me tomo por la cintura y escondió su rostro en mi pecho.

-¿¡De que tanto te ríes¡?- pregunto Milo con su rostro enterrado en mi pecho, un poco avergonzado.

-Nada, solo que estabas durmiendo con la boca un poco abierta y me pareció gracioso, y al ver tu desesperación por saber de qué me reía, era peor- dije acariciando su cabello mientras mi risa se calmaba.

Milo río y saco su cabeza para poder mirarme.

-Eres mala- dijo abrazándome, colocando su mano en mi cabello y acercando mi cuerpo a el, para colocar mi rostro en su cuello.- ¿Que hora es?- pregunto Milo.

-Siete de la tarde- conteste.

Milo se separó de mi para mirarme sorprendido.

-¿¡Tanto dormimos!?- pregunto asombrado.

Me limité a asentir y reír.

Una vez que ya había tomado mis pertenencias, le dije a Milo que me esperara en la puerta, que había olvidado algo en su cuarto. El asintió y se dirigió hacia allí.
Revolví mi bolso en busca de una pluma y algún papel para anotar. Cuando encontré los dos objetos que necesitaba, escribí en el papel algo corto y me dispuse a colocarlo en su cama, para después, retirarme.

-Gracias por una noche maravillosa, de ahora en más, aprovecharemos el tiempo al máximo.
Te quiere, Penny.

(...)

En el camino a casa, me había dado cuenta que no le había avisado a Patrick que seguía en lo de Milo, y cuando me dispuse a escribirle, el me gano, mandándome un mensaje primero.

Pat: Oye enana maldita, ¿Que TAN bueno es Milo en la cama como para que te desaparezcas casi un día entero?

Reí fuerte al leer su comentario y pensé por unos segundos que contestarle.

Penny: Pat, ve preparando las palomitas.

Lo siguiente que recibí fue un mensaje de voz de mi amigo, alrededor de unos diez segundos gritando histéricamente. Me reí y me dispuse a llamar a Eva, y le dije que vaya para mi casa, que esa noche, sería noche de chicas...y Patrick.

(...)

-OH POR DIOS- dijieron Patricia y Eva al mismo tiempo.

-Sep- respondí orgullosa.

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