-bye nena! -
-¡Gracias, adiós! - me despedí de una amiga algo cansada, claro, tengo que ir a la Universidad de 6 de la mañana hasta las 2 de la tarde, de ahí a mi casa, luego, de 4 a 8, trabajo en un restaurante como camarera.
Osea que, debo estudiar hasta tarde.
Y pronto, deberé buscarme otro trabajo, la economía está subiendo demasiado en la institución y sobre todo eso, los sábados y domingos que son los días que trabajo para los chicos de la INIL, que, necesitan bastante tiempo para aprenderse cosas tan básicas. No me pagan lo suficiente.
Además de soportar veces que llegan a tocarme de más, siempre fueron básicos, por así decirlo, o sea, no es como si hubiesen metido mano, solo les gustaba o les producía gracia el hecho de que yo no les dijese nada por rozarme con el brazo uno de mis pechos, claro, es una clase con 10 problemáticos chicos que deben de aprobar sus materias y me pagan 5 dolares dos horas, por lo que gano 50 dolares por un sábado, si es que llegan todos, a veces solo vienen a cumplir con sus horas para obtener puntos extra y aprobar.
Hoy tampoco podría comer, ya que, no tengo tiempo ni dinero para comprar comida, al menos podría tomar un té, claro, luego de volver del trabajo.
Hoy, Viernes, mi día menos preferido, ya que, no me gustaba el saber que mañana debería de estar con aquellos chicos.
Ellos sinceramente, me aterraban, había veces que acariciaban mis piernas o mi cuello. Era... Asqueroso.
Cansada, llegué a casa. Siempre caminando. Abrí la puerta, le di una patada suave y se abrió.
Pasé y la cerré, dejé mi mochila cerca de allí.
Quería dormir, claro que sí! Pero aún no, tenía una hora y media para bañarme.
El baño se encontraba dentro de mi habitación, la cual era la puerta de la derecha en aquel pasillo pequeño, al fondo del mismo, la salida trasera, a la izquierda, una habitación que estaba vacía, no la usaba, estaba como de decoración, incluso, era la más grande, y... Podría tener a un inquilino allí, pero... Una chica, seria demasiado exigente, y un chico, me querría tocar. Así que no tenía muchas alternativas, debía de arreglarme sola, además de que, apenas pagaba el agua y la luz.
Justo a dos o tres metros más o menos, había otra puerta, la de la cocina, la cual se ponía ver perfectamente, no porque hubiese una ventana transparente, si no que, no había tal ventana, tampoco era un sitio donde pudieses poner un plato y comer allí, no, simplemente se olvidaron o no quisieron poner aquella cosa.
Suspirando salí de mi habitación, ya lista para irme, acomodé un poco mi cabello, pero...
-Q-que... Voy a llegar tarde! -
Cómo pude ser tan despistada!
Tomé mis llaves y las metí en el bolsillo derecho de mi Jean corto.
Salí corriendo de la casa luego de cerrarla.
Sin embargo, el camino, comienza a ponerse algo difícil para mi, me siento algo mareada, seguro fue porque no pude comer.
Trato de mantenerme lo más despierta posible. Corro más rápido, pero... Ahí fue cuando choqué con alguien.
Yo caí, sin embargo, la persona no.
-Señorita, debería tener más cuidado... Señorita... - me levanté lo más rápido que pude, me dolía el brazo y las piernas, cuando quise correr, aquel chico me tomó de la muñeca - Tranquilicese por favor, debe de estar lastimada -
-Suelteme por favor, llegaré tarde- supliqué, el chico negó -
-Venga, la llevaré, donde sea pero por favor, tranquilicese - forcejeo pero no funciona - Shhhh, no llegará tarde, a dónde debe llegar? -
-Suelteme! Por favor! - me soltó, sin embargo, lo sentí seguirme hasta el restaurante, corrí lo más rápido que pude, pero... Al entrar...
-Lo lamento Cariño, ya sabes como es el dueño con el tema de las tardanzas - me dijo Victoria, apenada, dió un golpe en mi hombro como amigable - Tienes el brazo lastimado por cierto, debo irme, lo lamento - y se fue.
Caminé hacia afuera, baje las escaleras con lágrimas en los ojos y ahí vi al chico aquel, estaba esperándome, me acerqué y le pegué una bofetada, él no dijo nada, solo suspiró, mi mano, después de aquello, dolió más que antes, y me di cuenta que, estaba sangrando, lo sentí tomar mi muñeca y lamer mi palma.
-Tiene un alma... De verdad deliciosa - me sonrió -
-Hiciste que pierda un empleo - dije desviando el tema, abrió un poco los ojos -
-Tiene más? -
-Sí, y ahora necesito encontrar 2 más, entiendes lo que es eso?, no, claro que no - le dije enojada - me voy, y gracias por esto - comencé a caminar hacia mi hogar... Bueno, al menos podré estudiar -
Ese día, encontré 200 dólares en mi bolsillo, envuelto en un papel blanco y escrito con letras negras.
Lo siento mucho Señorita, yo lo arreglaré.
[S.M]
De igual manera, guardé el dinero, se lo daría cuando lo vea. No me lo quedaría, sería algo malo.
Me fui a la cama ese día.
Cerré la ventana que estaba encima de mi cama, a un metro, debía de hacerlo, ya que... Aunque nadie podría entrar, sí lo hacía un gato gordito y anaranjado, como Garfield, entraba y rasguñaba mi mejilla o mi hombro, eso significaba que tenía hambre y... Sinceramente ya no tenía comida.
En fin.
Sábado
-Y entonces, la equis es equivalente a menos dos al cuadrado, entienden? Por que el cuatro es el común denominador y... Y-ya basta, por hoy al menos - uno de los chicos, el que estaba a mi izquierda precisamente, comenzó a acariciar mi pierna, lo hubiera dejado como otras veces pero, primero, tenía falda, ya que no encontré un Jean o lo que fuese y segundo - chicos, tienen su examen de matemáticas el lunes, deben aprenderse esto, es sencillo, por favor - suspiraron, los cuatro que vinieron, o sea, 20 dolares-
-Luego podemos jugar? - preguntó uno, el de enfrente -
-A qué - pregunté -
-Te mostramos el juego y nos dices si te gusta - negué -
- No gracias, primero esto, de acuerdo? - ellos eran mayores que yo, al menos uno o dos años más, no es que fuesen inmaduros ( que lo eran) solo que no quieren estudiar y les aburre este tipo de materias, ¡Yo amo las matemáticas!
-Vamos a jugar, nunca lo hacemos - suspiré
-Tanto quieren jugar?, bien - escribí un ejercicio en la hoja - si lo hacen en menos de 3 minutos, me sacaré una prenda - sonrieron -
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La tendré, cueste lo que me cueste (Sebastian Michaelis Y Tú)
Fanfiction-bye nena! - -¡Gracias, adiós! - me despedí de una amiga algo cansada, claro, tengo que ir a la Universidad de 6 de la mañana hasta las 2 de la tarde, de ahí a mi casa, luego, de 4 a 8, trabajo en un restaurante como camarera. Osea que, debo estud...