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-Me dejará bañarla - miré hacia otro sitio - ¿acepta? -

-Sí, acepto - besó mi mejilla -

-Y una última cosa de menos - me besó el cuello y se acercó a mi oído - dejará que le haga la marca de mi contrato el viernes en la noche - me apegué - eso es todo -

-Bien, pero... Quita lo de la ducha - rió y asintió -

-De acuerdo, pero dejará que le quite su ropa - suspiré -

-hecho - mantuvo su boca en mi cuello, dando besos sonoros mientras me llevaba hacia el sofá, se sentó allí y me acomodó para quedar a ahorcadas de él -

-Oh oh - dijo - creo que deberé de hacerle otra cosa, las verduras se están quemando - reí y lo besé.

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-N-no! Tú dijiste que sólo quitarías mi ropa - sonrió y me cargó, me cubrí con la toalla -

-Lo sé pero... Es imposible resistirme a su dulzura - me paró en la tapa del retrete, quitó mi toalla y me dejó en la tina -

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Por más vergonzoso que haya sido el actuar en un escenario enfrente de Sebastian, tuve que hacerlo, me aplaudieron, las pocas personas que allí estaban, todas audicionando y solo hace apenas unos escasos minutos después me dijeron que me utilizaron como modo de demostración de <<cómo había que hacerlo>>

Luego de recibir las felicitaciones y regaños (por no haber participado anteriormente en su materia extracurricular, Teatro) del profesor, fui hacia donde Sebastian, el director había pedido que me quedase, pero yo solo fui y jalé de la manga de Sebastian y con él nos fuimos.

Entré al auto al igual que él.
Al estar a mitad de camino, suspiró.

-Estuvo...

-Ya lo sé, no quiero tu opinión ahora- miré a la ventana -

-Iba a decir hermosa - lo miré de reojo - siempre está hermosa, recuerdelo - tomé su mano, lo que pareció relajarlo -

Al llegar, salí corriendo a mi habitación y cerré la puerta, fui y me tiré a la cama.

Bostezo y abro los ojos, me siento cómoda. Pero... Sebastian no estaba a mi lado, tenia ropa diferente, era una blusa y un short, no transparentes al menos. De un color rosa pastel.

Iba a salir de la cama pero, algo me lo impidió, era un gatito, estaba encima de mis piernas, lo tomé lo más cuidadosa posible, era tan tierno y suave, la abracé y al ir hacia la luz... No estaba el interruptor, localicé la puerta y con ella, prendí la luz al encontrar lo anterior perdido.

Al darme la vuelta, largué un suspiro algo asustada.

Esta no era mi habitación, ni la de Sebastian.

Traté de abrir la puerta pero no se abría, rendida, quise dejar al gatito en la cama, pero el mismo se colgó de mi ropa.

-Oye, gatito, debes soltarme, ni siquiera sé donde estoy - por un momento lo vi negar, eso hizo que riese, tal vez solo estaba cansada.

Lo sostuve con una mano y luego fui hacia el baño, pero no tenia ganas, así que salí y entré por otra puerta, era el closet, no había nada, solo un abrigo algo grande, salí de nuevo.

-Sebastian? - dije, nada, asustada decidí aumentar el volumen - Sebastian! -

-El Señor no vendrá en un rato - el gatito habló... El... G-gatito... Qué?

La tendré, cueste lo que me cueste (Sebastian Michaelis Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora