La tendré, cueste lo que me cueste (Sebastian Michaelis Y Tú)

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-h-hablaste? - asintió y me miró con sus grandes ojos -

-Sí! Es grandioso! Aún no te desmayas! - maulló - me caes bien - dijo

-Y-yo... - no tocaba al gatito, él aún seguía colgado de mi blusa - t-tú... Sabes dónde está Sebastian? No me... No me responde - dije al fin, asintió - podrías...

-No no - dijo - me dijo que te entretuviese mientras llegaba, dijo que te daría explicaciones luego -

-Explicaciones? -

-Sí, sabes donde estás? - negué - estás en la casa verdadera de Sebastian -

-V-verdadera? Pero él es...

-Un demonio, estamos en el infierno. Ya sabes, como suelen decir los humanos, en realidad, nosotros lo llamamos Parádisus, está en latín, Nostra paradisus inferno - asentí -

-Nuestro paraíso es el infierno - traduje - Sebastian... Él... Por qué me trajo aquí? -

-Necesita fuerzas, no puede estar sin una ama, y él aseguró que lo dejarías hacerlo el viernes, el problema es que... Lo atacaron hace unas horas - tragué en seco - aquí las horas son minutos allá, tranquila, solo has estado... 5 minutos... Tal vez 6 -

-Oh - suspiré - puedes... Ya sabes, soltarme? - asintió pero luego negó-

-Debo vigilarte - me informó- Sebastian dijo que no te dejase ir, no quiere que salgas de esta habitación, no mientras él está... En fin - sonrió - dijo que no te dejase salir ya que tienes antecedentes de escaparte de casa - negué rápidamente -

-eso... Eso no es cierto, bueno... Tal vez un poco pero... Él me metió en esa casa y no me dejó salir - asintió

-Fachado a la antigua, un clásico de los demonios -

-O-oh - miré hacia otro lugar - y... Y tú qué... Solo eres un gato parlante? - negó -

-Soy un ex-amo de Sebastian, la mayoría de sus amos se van a una casa a convivir, todos pero... Yo le pregunté ese día si podía convertirme en un gato, él dijo, Claro, pero no podrás volver a tu forma humana muy a menudo, la verdad, no me importó y ahora vivo con él -

-Oh... Lo entiendo, es... Raro-

-Bien, quieres hacer algo? - asentí

-Pero... Puedes soltarme? - negó - Vamos! No me iré, la puerta está cerrada - meneó la cabeza -

-Bien - lo tomé, esta vez él asintió -

-Ahora... Qué tal si jugamos a algo, me dijo que eras su novia, así que debo tener cuidado -

-S-su novia? - asintió - no lo soy, lo lamento -

-También dijo que dirías eso, luego me dijo que te dijera que él dijo que quiere que te pongas el vestido del armario - reí y luego caminé hacia aquel lugar.

Pero yo recordaba que no había nada allí, más que un abrigo.

Pero al entrar, había un vestido rosa, era delicado.

-Con eso puesto, serás igual a una muñeca - maulló -

-Cómo te llamas? - pregunté, lo dejé en el suelo - podrías darte vuelta? -

-Bieeeeeen- se dió vuelta quedándose enfrente de la puerta- me llamo Máx -

-Yo... Solo... No te voltees, tienes un lindo nombre -

Al terminar de ponerme el vestido, suspiré, parecía una muñeca.

-No me gusta esto, cuando vuelve Sebastian? -

-Está hermosa Señorita! - sonreí Tímida -

-Gracias pero... Quiero a Sebastian-

-Bien, sentémonos- la puerta se abrió y él salió, era tan pequeño y daba ganas de reír - éstos adolescentes de hoy en día no pueden estar sin alguien - reí -

-Exactamente, de igual manera yo no debería de estar aquí - me senté en la cama para luego tomar al gatito y subirlo, me acosté y el se puso enfrente de mi cara para que lo viese -

-Si te lo digo te dormirás? - asentí- bien, Sebastian fue atacado por ángeles, él pensó que vendrían el sábado, pero no, lo encontraron mucho antes, y entonces te trajo aquí. Te dejó sobre la cama y ahora unas chicas - silbó - unas... Muy hermosas chicas lo están atendiendo- rodé los ojos - pero - se entristeció al segundo - está... Dañado, creo que trataron de volver a cortar su ala -

-E-está bien? -

-Claro que sí, a él sólo le importa sus amos, pero claro que... Si te tiene a ti, él solo estará contigo, ya no buscará a nadie más.

-Bien, dormiré, esto me está taladrando la cabeza -

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-Señorita... Despierte - abrí lo ojos, era Sebastian, estaba acostado a mi lado, me sonrió, me atrajo y abrazó -

-Por qué te fuiste - pregunté y me acurruqué -