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-No... N-no toques mis cosas, n-no s-seré... - me acercó y me besó nuevamente para separarse un poco y reír -

-¿Está tan asustada? Tranquilicese, ¿bien? Nadie le hará daño, y yo menos - dió un pico -

-P-por favor - acarició mi mejilla con su nariz - B-basta... Tengo tarea... Y... Y... Debo hacerla, d-debo irme -

-Shhhh, ya está - susurró cerca de mi oído - acepte ser mi ama, por favor - negué lentamente y con miedo a si me hacía algo - Bien, comerá algo, y luego dormirá -

-No podré... No podré dormir sabiendo que estás aquí - le dije aún tratando de que me soltase -

-Le contaré un lindo cuento para dormir - decía besando mi cuello -

-N-no... No quiero, qué haré mañana? De verdad por favor... Debo hacer tarea y...

-Tarea de qué - me miró serio, se separó un poco -

-L-literatura -

-Mañana es Jueves, Señorita - tragué en seco -

-S-si... Lo sé -

-Según su horario, usted tiene Matemáticas, Biología, Macroeconomia y Derecho - mierda - no trate de mentir a un Demonio - asustada comencé a llorar sin emitir sonido, él quitaba mis lágrimas con una mano, mientras que con la otra, rodeaba mi cintura y tomaba mis muñecas mientras forcejeaba - No llore, quiere comer algo en especial?- negué -

-No tengo hambre - contesté mirándolo fijo y algo enojada -

-Bien, dormirá sin cenar y mañana no la llevaré a la institución - sonrió - la dejaré aquí, sí? Será como un castigo, pero, si usted me llama y pide que le haga la cena, no estará más castigada, ¿entiende? Muy bien - no me dejó contestar para cuando sentí un viento fuerte que me hizo cerrar los ojos, estaba en la cama tapada con mantas, me levanté de allí y traté de abrir la puerta, cerrada, comencé a golpearla -

-¡Sebastian! ¡Sebastian por favor! -

-Señorita? Quiere algo? - escuché del otro lado, me detuve -

-S-sacame por favor - me quité las lágrimas -

-¿Comerá? - respiré profundo y solté un quejido -

-¡No! ¡Solo Sácame! - silencio -

-Lástima, hasta mañana mi Señorita- escuché pasos alejarse -

-Sebastian!! No me dejes aquí! - golpee y golpee pero nada.

Habían pasado unas dos horas, mi estómago dolía un poco, pero tal vez podía ser porque olía algo delicioso, o también, porque no había comido nada en al menos unas 72 horas.

Fui a lavar mi cara, no habían ventanas en la habitación.

No podía prender las luces, lo que me aterraba, solo había una lámpara pequeña.

Traté de abrir la puerta tantas veces que ya ni siquiera recordaba.

Me rindo, ganó.

Debía ir mañana a la institución y planeaba hacerlo.

Tal vez está queriendo drogarme o algo extraño, pero... Ya no importa.

Solo necesitaba comer y dormirme.

También traté de dormir, pero tampoco podía.

Me acerqué a la puerta y me senté justo al lado, respirando profundo dije;

-Sebastian... Me rindo, por favor - dije casi en un susurro -

-Muy bien, qué desea? - escuché -

-Quiero que me saques de aquí -

-Y? Qué más? - apreté los labios -

-Tengo hambre - susurré, la puerta se abrió, el chico se paró enfrente de mí y me cargó, cerré mis ojos por la luz.

-Muy bien, a comer -

-De verdad no ibas a llevarme a casa? O siquiera a la institución? -

-No la iba a llevar - confirmó - necesito que sepa que haré todo lo que esté a mi mano para que sea mi ama -

-Estás obligándome, dijiste que no lo harías -

-No, estoy tratando de que coma algo, no la obligo, solo le doy opciones-

-Estás obligándome a que escoja entre dos opciones -

-En realidad no, le doy la posibilidad de, hacer lo que le plazca, en este caso usted no quería cenar y yo no la iba a llevar a la institución con el estómago vacío, pero si escogía comer, la llevaría, claro que... Estará demasiado cansada para ir mañana - rio -

-Q-qué... Entonces... - abrí los ojos, lo miré, tenía una sonrisa juguetona en el rostro -

-Irá si puede levantarse - me paró encima del sillón para besarme, me sentó así y puso una manta encima - son cerca de las dos de la mañana, coma y luego a dormir -

Eso... Es... Demasiada...

Comida.

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-Sebastian? S-Sebas... Ahg... - me cubrí con la manta - Qué hora...

-Se ha despertado? Qué sorpresa - el chico apareció abriendo la puerta, lo veía por un pequeño hueco que había hecho con la manta para solo mirarlo, tenía frío - son cerca de las 9 de la mañana, traté de levantarla pero se negaba a ir, al parecer su subconsciente aún seguía despierto y pues...

-Qué!? - quité la manta de golpe, me senté de la misma manera y comencé a mirar hacia las paredes en busca de un reloj, 8:40... 8...40!!-N-no... No... - me tomé de los cabellos - ¡No tienes ni idea lo que has hecho! - le dije para ir hacia la puerta, pero no llegué, él me tomó de la muñeca y me jaló hacia sí, para tomarme luego de la cintura - Sueltame idiota! -

-Cuidado con esa boca - advirtió - Y por cierto, llamé a su instituto, y no le pondrán inasistencia, descuide - traté de golpearlo pero se me era imposible si me apretaba tanto -

-No es... No es por eso! - me abrazó la cintura con ambos brazos, puse mis manos en su pecho tratando de alejarlo - yo pago esa institución, es cara y me gustaría irme todos los días, es mi esfuerzo, así que suéltame, me escuchas Demonio? - sonrió -

-Claro que sí - respondió y me soltó- váyase si así lo desea - corrí hacia fuera de la habitación, me detuve, él me miraba sonriente, tragué en seco y bajé las escaleras de forma rápida, fui hacia la puerta...

La tendré, cueste lo que me cueste (Sebastian Michaelis Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora