Capítulo 15

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Y no estaba equivocada al pensar en que Elfías podría fallecer.

Y eso era todo lo que la Voz había querido, por eso creó la abeja azul y blanca y le hizo ignorar a Helena pero picar al elfo.

Su veneno lo haría más débil y le haría tener alucinaciones, e iría muriendo poco a poco.

Y ya estaba sucediendo.

La chica que tenía un corazón tan puro, se había preocupado tanto por él que lo había besado, pero justo en ese momento la Voz había puesto una cámara indicando a ellos.

Y ahora se preguntan dónde está la pantalla, simple, en la estatua de un querido amigo nuestro, Wilfred.

Al ver este acto de amor, el camarero quiso gritar y llorar, pero no podía, su cuerpo era una estatua.

Todas sus esperanzas se callaron a un precipicio, se quedaría ahí para siempre, nunca más podría mover un músculo de nuevo. Esto, por lo que él estaba pasando, era peor que la muerte.

La muerte sería su alivio, su salvación. La vida era su maldición, seguir viviendo y respirando era como cortarte. La desesperación lo superaba.

Helena se estaba preocupando de la salud de Elfías y ésta estaba empeorando.

El color se iba cada vez más de la cara del elfo, su cabeza hacía ver monstruos pasando por los pasillos y para él era muy oscuro y había mucha neblina, por esto repetía "shhh" a cada simple rato que la joven hablaba más fuerte que un pequeño susurro.

Helena Wood estaba asustada, Elfías parecía delirando y eso no podría significar nada bueno. Trató de cortarle la manga para poder ver la herida, pero el elfo creía que le iba a hacer daño y se alejó de la chica lo más rápido que pudo. Empezó a correr, Helena trataba de perseguirlo pero, al ser un elfo, era mucho más rápido que ella.

Elías veía a los monstruos moverse y, cuando lo veían, se acercaban corriendo a él y a veces incluso lo alcanzaban y le hacían heridas con sus enormes garras, colmillos y armas. Pero lo que daba curiosidad de éstas era que parecían muy reales, demasiado reales si preguntan mi opinión.

La joven, después de horas corriendo lo encontró y lo alcanzó. El elfo gritó al ver que la quien él pensaba que era su peor enemiga lo había atrapado.

Sin pensarlo dos veces, Helena cortó la tela de la manga y pudo ver que la herida estaba horrible.

Elfías gritó cuando la chica hizo esto, un grito han fuerte que, hasta donde la Voz estaba, lo pudo oír.

Helena maldijo a la Voz por esta herida, ya que ya se había imaginado que lo había hecho la abeja de colores azul y blanco, y ésta, estaba muy segura, la había, de alguna manera inexplicable, creado.

De repente, el elfo pudo divisar una sombra que andaba por un pasillo que se dirigía al suyo, era la de un monstruo. Su corazón latía muy fuerte pero trataba de hacer ningún ruido.

De repente Helena le hizo algo en el brazo y Elfías no pudo impedir gritar. Entonces el monstruo lo escuchó y volteó su horrenda cabeza hacia él.

Empezó a caminar despacio, el elfo quería arrancar pero la mujer lo mantenía en su lugar.

A cada paso que esta criatura daba, el corazón del elfo latía más y más fuerte, tanto que una vez se preguntó si los demás podían escucharlo.

El monstruo había llegado al frente de él, extendió un brazo y le sacó la cabeza al elfo.

Elías había muerto por su propia cabeza.

Lo del final me enorgullece.

Abrazos. Ciao S2.

El Restaurante En El Medio De La NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora