Capítulo 26

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Pasaron una hora y veinte minutos, eran las seis de la madrugada. Helena empezaba a recuperar el conocimiento.

La chica se sentó y abrió los ojos. Estaba en el mismo lugar que cuando se quedó inconsciente.

Vio a su derecha, no había nada, luego giró la cabeza hacia su izquierda y pudo ver a un hombre de piel clara, cabello negro y liso y ojos café que estaba sentado junto a ella.

La mujer se levantó inmediatamente y se alejó unos cinco pasos del hombre.

El hombre se acercó y la tomó del brazo, Helena Wood tenía una herida en el antebrazo. De repente, como si hubieran prendido un interruptor, la lesión empezó a dolerle mucho y la chica no pudo evitar un grito de dolor.

El hombre acercó su brazo así boca y pasó su lengua por la herida, mágicamente, ésta se curó.

La joven mujer ya no sabía que pensar. El hombre acababa de ayudarla, pero podría ser un truco, nada bueno pasaba en el maldito restaurante que estaba atrapada.

"Mi nombre es Raskros, soy un cambia-formas. Yo era el conejo, el pájaro y el caballo que viste" dijo el hombre.

"Así es, así es. Raskros puede cambiar su forma a cualquier animal con cualquier característica, también puede cambiar su apariencia cuando es humano. Siendo un cambia-formas tiene la capacidad de curar heridas con su lengua" dijo la Voz metálica en un tono aburrido.

La mujer no dijo nada y dio media vuelta en sus talones y empezó a caminar en dirección opuesta a donde estaba parado Raskros.

El cambia-formas la siguió, pero Helena hizo como si no existiera. Probablemente la Voz, quien (es) sea que fuera (n), había creado a Raskros para que la distrajera de su objetivo, y ella no permitiría que eso pasara.

Siguió adelante sin escuchar ni una palabra de lo que decía el cambia-formas. Él le aseguraba que la podía ayudar y sería útil tenerlo como compañía, pero al ver que la chica no le hacía caso, empezó a enojarse. Normalmente los cambia-formas no tenían una infinita paciencia y usaban formas más drásticas... pero digamos que Raskros no era un cambia-formas cualquiera; tenía un poder especial, uno único en su especie: podía acelerar algunas cosas.

Ya se le estaba acabando la paciencia a Raskros y la joven seguía sin hacerle el menor caso posible. Así que Raskros la tomó del brazo y la hizo caer al suelo.

Luego se acercó a ella y la besó. Fue un beso largo y nada de placentero. Aparte no er aún beso normal... había algo en él que hacía que Helena sintiera que algo cambiaba dentro de ella.

Cuanto esperaba este momento, por esto creamos un cambia-formas, para que lo que está apunto de suceder pase. Es tiempo que Helena entienda que le haremos imposible matar a esos hombre lobos. Porque tal vez pueda renunciar el amor de Wilfred Walker, o el de Elfías o de cualquier hombre... pero ¿Podrá renunciar el amor que las madres tienen a un hijo?

Jejeje...

Abrazos. Ciao S2.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2017 ⏰

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El Restaurante En El Medio De La NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora