Mientras tanto, Wilfred Walker veía todo lo que pasaba atado a una silla. Sus ataduras no eran ni más ni menos que serpientes que tenían la orden de la Voz de apretar un poco más al camarero cuando suenen las campanas del fin de los días.
Helena Wood caminaba por el laberinto. El joven ya esperaba que algo malo le sucediera, conocía a la Voz, ésta nunca jugaba limpio.
Y entonces pasó algo. En un camino cerca de la chica aparecieron una espada de plata, un arco y flechas del mismo mineral que la otra arma. Helena parecía dirigirse hacia allí. Y él no estaba equivocado, pronto la joven encontró las armas y pareció escuchar la Voz, que Wilfred no lograba oír.
Pero inmediatamente una araña gigante apareció un el camino y Helena sacó sus armas. Increíblemente su amada logró vencer a la araña sin mucha dificultad. Luego la mujer siguió su camino.
Pero había un cambio en ella, la joven parecía mucho más esperanzada, feliz y entusiasmada que antes, eso le dio más fé al hombre y, por fin después de mucho, mucho tiempo, sonrió.
Sin embargo, murciélagos vampiros se estaban acercando a donde Helena estaba. La sonrisa se borró inmediatamente de la cara del camarero y éste pudo escarchar una risa fría que sonaba de los parlantes, la Voz se reía, se reía. Wilfred sintió un odio inmenso y muy fuerte hacia quien sea que fuera la maldita Voz, lo (la) odiaba con toda su alma.
Vio como su amada escapaba de los murciélagos y corría por diferentes pasillos. Cada vez se alejaba más y más del jardín subterráneo, eso no era bueno, la Voz lo había hecho para que no lograra su misión tan rápidamente como lo hubiera hecho sin interrupciones.
Wilfred miró hacia dónde se dirigía la joven mujer y pudo ver que era a un pasillo sin salida. El chico le gritó inútilmente a la pantalla donde veía lo que pasaba que se fuera por otro camino, pero ya era demasiado tarde... Helena ya se encontraba en el pasillo.
Los murciélagos no tardaron el hacerse presente en aquel maldito pasillo sin salida y atacaron a su amor, a su vida. El joven se sacudió en el asiento tratando de correr hasta su amada para ayudarla, pero las malditas serpientes lo apretaban a la silla y no lo dejarían salir por nada del mundo, ya que la Voz las controlaba y aquel (la) individuo no tenía corazón.
La chica se calló hacia atrás y los murciélagos la siguieron, le succionaban la sangre y la estaban dejando sin energías.
De repente fue como que el cielo se cayó para Wilfred. "Wilfred es una persona completamente diferente a mí, no sé porque me importaba, porque lo quiero, pero YO también soy importante, YO también me tengo que cuidar a mi misma. Ya es la segunda vez que le salvo el pellejo, ¡Y no me a dado nada a cambio! ¡NADA! ¡Solo una maldita noche que no me sirve de nada! Ahora ya sé que hacer, voy a matar a esos hombres lobo pero quiero algo diferente a cambio", esos eran los pensamientos de Helena. Al camarero le caían gotas tristes de los ojos.
"Por primera vez desde que llegó a este restaurante, Helena se está poniendo a ella en frente" dijo la fría Voz metálica.
Abrazos. Ciao S2.
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El Restaurante En El Medio De La Nada
Misterio / SuspensoHelena Wood recibe una invitación para ir a un restaurante ubicado en el medio de la nada. Cosas extrañas pasan en este. La otro, es que la historia es contada por otra persona, no Helena ¿Quién es? Nadie lo sabe...