Capítulo 8

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— Trabajar en un hotel no te dará el suficiente dinero para lograrlo. Debes buscar hacer algo que sí te lo dé.

— ¿Qué más podría hacer? He buscado en todas partes, por pura suerte fue que obtuve ese empleo.

— Tengo una idea. Sería algo arriesgado, pero también sería la opción más favorable... Mataríamos dos pájaros de un solo tiro — Anuncia Mike.

Se encuentran sentados en la banca de un centro comercial. Es el día de descanso en el trabajo de Andra, se lo informó John el día de ayer cuando estaba a punto de terminar el turno. Así que en cuanto Mike se comunicó con ella, Andra le pidió que se reunieran prontamente en un lugar donde hubiese abundante flujo de personas.

— ¿De qué hablas?

— Sé de alguien que nos puede dar el dinero y a la vez decirnos a dónde las han llevado, sin embargo, solo nos ayudaría sí le damos algo muy valioso a cambio — Dice acentuando el "muy". Ella no logra comprender o por lo menos no quiere hacerlo, intuye a lo que se refiere, pero eso no puede suceder, sería el fin para todo.

Tomando una profunda inhalación, Mike decide decirlo:

— Te quieren a ti. Así que tú irás con ellos.

Andra lo mira incrédula, ¿cómo es capaz de idear algo tan estúpido? ¿Acaso no se da cuenta de con quiénes están tratando? Negando con la cabeza se pone de pie para respirar mejor.

— Es la mejor opción que podemos tomar. No temas, sí lo hacemos bien todo saldrá a la perfección.

— ¿Estás loco? ¿Cómo que saldrá a la perfección? ¡Mírate! ¡Mírame! ¿Crees que los dos podremos contra un montón de tipos peligrosos? — Suspira frustrada mientras camina de un lado a otro frente a él.

— Es lo que has estado haciendo desde un principio: luchando contra esos malnacidos. Eres fuerte y valiente, Andra. Tienes que creértelo, sino estarás jodida como tu familia.

Andra suelta una carcajada amarga, al tiempo, detiene su paseo. Esto último que le ha dicho Mike, le ha dolido. Inevitablemente, la cruda realidad le golpea cada vez más fuerte, y así mismo, debe tomar cada vez riegos más grandes. Los ojos se le han nublado debido a las lágrimas acumuladas, respira profundo hasta calmarse y seguidamente, observa a Mike con atención. Aunque suene patético lo que dice, él tiene razón. No se trata de las habilidades y recursos que no tengan sino de lo que sí poseen, y sí lo saben aprovechar podrán lograr más de lo que pueden imaginarse. Acepta. A cambio, le pide que le sea expuesto lo que tiene pensado.

Establecido el plan, proceden a prepararse para ejecutarlo con prontitud. Mientras que Mike, se dirige a reunirse con el hombre que, de cierto modo, les facilitará las cosas; Andra, acude al hotel en el que trabaja, procurando no ser vista por su jefe para tomar algunos objetos que le servirán. En el momento que sale del edificio con la mochila pesada en la espalda y una bolsa negra en la mano, un mensaje de texto le llega al teléfono móvil: Es el aviso de Mike, al parecer todo va saliendo tan bien como lo planearon.

El frío viento le mueve los cabellos pelirrojos sobre la cara, al mismo tiempo, unas pequeñas gotas le caen sobre el dorso de su mano. Al llevar la mirada hacia el cielo, comprende lo que pronto sucederá. Camina de prisa hasta el paradero de buses, debe ir en cuanto antes por Ragnar, en la mañana le han llamado avisándole  que su mejor amigo ya se encuentra bien, además, necesita buscar un lugar para alojarse. De nuevo, su teléfono suena, pero esta vez es una llamada.

— ¿Qué pasa? ¿Has averiguado algo? — Dice al contestar.

— Andra, Andra... — Habla una desconocida gruesa voz masculina al otro lado de la línea. — Sigue entremetiéndote donde no debes que pronto se te acabará el juego.

Confrontando el peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora