Capítulo 24.

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Maratón 3/¿?

Narra David (Dei)

Cuando Rocío regreso con Ángel, todos salimos a dar una vuelta y a comer algo, Samuel insistía en llevarme a algún sitio bonito a comer.

“¿Sigues sin ánimos?”  — Preguntó Rocío.

“Estoy bien, ya deja de molestar”  — Contestó Ángel y se adelanto.

“Así son los adolescentes, pequeña, sólo dale tiempo y volverá a ser el de siempre”  — Le dijo Lucha.

“Eso espero”.

Vi de reojo a los ‘nuevos’ y luego vi a Ángel, desde que ellos cuatro llegaron él se empezó a comportar así de extraño.

   —          Puede que haya recordado a sus padre  — Dijo Samuel.

   —          Puede... Es sólo que desde hace dos años y medio que ha estado conmigo nunca actuó así  — Suspiro  —, sí se enojaba y se alejaba pero siempre que Rocío se le acercaba a molestarlo, él dejaba de estar así.

“Conmigo nunca se enojaba al grado de ya no hablarme”  — Dijo, triste, Rocío.

   —          Hay que darle tiempo  — Propuso Sam.

[...]

Nos quedamos en una especie de parque, Rocío se llevo casi a arrastras a Lucha, a Andrea y a Gustavo.

   —          ¿Ya vas a decirnos?  — Pregunté.

“Si lo hago ¿dejaran de preguntar?”  — Se sentó a un lado mío.

“Nosotros sí, pero Rocío seguirá preguntando”  — Menciono Israel.

“Ya luego a ella le explico”.

   —          De acuerdo  — Dije viendo hacia donde se encontraba ella.

“Hace tiempo vivía con mis padres... No eramos ni ricos, pero tampoco pobre, vivíamos bien. Un día ellos deciden separarse, me quede con mi madre, los dos primeros días iban bien, después de esos días ella empezó a pegarme y gritarme todos los días por el simple hecho de parecerme a mi padre; harto de todo eso me escape de casa y termine en la casa de mis abuelos, ellos me cuidaron y me dieron cariño, a mi abuela la veía como mi madre, seguí con mi vida, iba a la escuela, hacia los deberes y todo lo que me tocaba hacer; nunca creí que mereciera todo su cariño, a ellos los quería más que a nada”  — Suspira  —, “un día mi abuela murió, dejándonos a mi abuelo y a mí solos. Para olvidar eso, para dejar de llorar termine enviciandome a los videojuegos y a la música, me daban paz, calma y volvía mi felicidad cada vez que estaba jugando. Los videojuego me terminaron enganchando tanto que deje de ir a la escuela, sólo me dedicaba a jugar sin importar qué, después de unos dos años mis padres se enteraron que no iba a la escuela, me prohibieron volver a jugar y me obligaron a reingresar a la escuela, esto sólo hizo que me sintiera peor, triste, deprimido, estresado y presionado, comencé a fumar, sin importarme si me hacia daño o no. Mis padres siempre me terminaban insultando y gritándome que nunca sería nada, que no valía nada, pero nada de lo que me decían me importaba, hasta que vi a mi abuelo llorar de decepción, allí fue cuando quise cambiar todo y ser alguien, y así estuve, estudiando y esforzándome todos los días...”  — Poso su vista en el suelo y le empezaron a caer lágrimas  —. “Pero justamente cuando cumplí los 16 años mi abuelo murió de un infarto, ese día prometí que iba a triunfar, pasara lo que pasará... Sólo pude ‘cumplir’ esa promesa por un año, llegue a mi límite y termine suicidandome  — Vio hacia donde se encontraba Rocío y los demás  —; “al ver a Lucha... Recordé todo eso e hizo que me sintiera mal, por no haber cumplido mi promesa...”

“No fue tu culpa, tuviste una vida difícil, ningún niño debería de pasar por eso”  — Lo abrazo Israel.

   —          Nadie hubiera aguantado todo eso  — Dije triste.

“Claro que sí, hay personas que aguantan más...”  — Dejo de abrazar a Israel  —. “Y yo no aguante nada y rompí una promesa que hice”.

“¡Mamá, Ángel, miren!”  — Grito Rocío desde la resbaladilla.

Volteamos a verla y ella se lanzo por la resbaladilla.

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****Fecha de publicación 29/04/2017****.

"Council of the Dead" - [Deigetta] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora