La ultima cosa que quería que hiciera era que parase. El pulgar que estaba en mi labio inferior ahora acariciaba mi mejilla, en ese momento sentí como mis ojos se cerraron lentamente.
La anticipación me estaba matando hasta que sentí sus labios suavemente contra los míos. Instantáneamente mi cabeza comenzó a dar vueltas por un simple gesto. No fue un beso sexual o ansioso simplemente sus labios contra los míos, no era un sitio con atmósfera, pero la situación si lo era, ella lo era. Fue perfecto. Hasta que se aparto demasiado temprano.
Abrí mis ojos sin entender nada, me cruce con sus preciosos ojos azules dilatados.
Sonreí un poco y puse mi mano en su mejilla llevándola hacia mis labios para sentirla otra vez.
Duro mas esta vez, sus labios se movían muy lento contra los míos permitiéndome realmente sentirlos. Eran sin duda los mas suaves que había probado. Mamma mia como besaba esta mujer. Su mano acariciaba mi nuca, mientras la mia seguía en su mejilla.
Ella me acerco mas a su cuerpo cogiéndome del brazo y tirando hacia ella. Me aparte solo por un momento de sus labios para sentarme de lado en su regazo. Le rodee el cuello con mis brazos y ella mi cintura. Estaba sonriendo y ese simple gesto me hacia muy feliz.
Nos fuimos acercando hasta que rocé sus labios otra vez, madre mia cada vez que hacia eso el estomago me daba un vuelco. Cada vez que se profundizaba el beso notaba como sus manos me apretaba la cintura, estaba claro que me iba a volver loca.
Sentí su lengua deslizarse por mis labios. Le concedí acceso rápidamente y no perdió el tiempo en sentirse con la mia. Parecía que teníamos todo el tiempo del mundo por la pasión y lo lento que me besaba.
Todo era mágico hasta que escuchamos tres golpes en la puerta, nuestras cabezas se giraron hacia la entrada.
-Ve anda- dijo con una sonrisa.
Antes de levantarme vi que nuestras manos seguían entrelazadas. Ella siguió mi mirada y también lo vio. Me sonrió y me beso mi mano, pude notar su cálida lengua rozar mi piel. Eso me hizo temblar.
Abrí la puerta y me encontré con Aless.
-Gatita te dejaste tu bolso-
-Ah gracias- dije cogiéndolo.
No me podia situar. Me pillo totalmente desprevenida, todavía estaba en el momento que lleve esperando todo este tiempo.
-¿Que estas haciendo?-
Note como Aless miraba el pasillo.
-A baby estas aqui- dijo Aless.
Me di la vuelta y hay estaba Alex. Que tenia la misma expresión que yo, supongo que cara de idiota. Aunque Aless le había hablado, ella no dejaba de mirarme y eso me hacia sonreír.
-Uiui habeis hablado ¿no? Supongo que ¿Algo mas que hablar? Estáis rojitas las dos-
-Que dices tio-
Alex se acerco hasta nosotros y se puso al lado mia.
-Si hemos hablado ¿no nena? y estamos bien, muy bien diría yo- dijo eso mientras tenia su brazo por mis hombros y mirándome con una sonrisa. Yo lo único que pude hacer es reírme por la situación. No me creo que le este dandole a entender cosas para echarlo.