Apoye mi cabeza en la ventanilla del avión, observando cómo el cielo cambiaba del día a la noche, ese vuelo nos iba a llevar a Bologna. Esa ciudad donde Elettra nació y que tanto esperaba llevarme.
Habían pasado cinco horas desde el despegue y ella estaba dormida en mi cuello, sus manos estaban agarradas a mi camisa, a veces apretándola y eso me parecía lo más bonito, retenerme para que no me vaya. Sabía que ella tenía miedo de perderme, por eso era tan celosa, pero le demostraría todos los días que nunca me iba a ir de su lado, porque la quiero.
Acaricié su cara bonita con la mano que estaba por encima de su hombro y eso pareció despertarla. Todavía con los ojos cerrados cogío esa misma mano y la entrelazo con la suya besándola. Yo sonreí de lo mucho que me gustaba sus gestos así de simples pero que me llenaban el corazón.
-Dame un beso- dijo con la voz dormida. Girando su cabeza hacia mi con sus ojitos cerrados. Acerque mi cara a la suya con mi mano libre en su mejilla y le di su beso, suave, sin ninguna prisa. Ella no hizo ningún esfuerzo en responderme, solo se quedaba ahí quieta. Yo reí y apreté sus mejillas con una mano apartándome.
-Mmh- se quejó y puso su cara de bebe molesto.
-Si no me besas, estas dormida cariño-
-Solo quiero sentirte- posó su mano en mi mejilla y me atrajo hacia ella. Me besó esta vez con ganas, con movimiento. Succionaba mi labio inferior sin querer apartarse ni un segundo. Después lo mordió con ganas, con fuerza, me aparte por el dolor y la vi sonriendo.
-Joder tia, que bruta eres- dije pasándome dos dedos por mi labio inferior. Vi que tenía sangre, no me molestó porque me gustaba ese lado salvaje de ella.
-Mira lo que me has echo- le enseñé haciéndome la enfadada.
-Amore, es que te tengo muchas ganas.- dijo abrazándome.
-Cuando lleguemos te va a esperar una buena- susurré en su oído mientras la abrazaba.
-Voy al baño a coger un papel o algo- le di un beso en la mejilla y me fui.
Abrí la puerta del baño, me metí y algo me impidió cerrar la puerta. Era Elettra, cerró la puerta con pestillo rápidamente y se acerco a mi con una sonrisa juguetona hasta yo caer sentada en la tapa del váter y se sentó encima mía con una pierna en cada lado.
-Elettra que haces- le dije pero sabiendo perfectamente lo que iba a pasar.
-Shhh Alexandra cállate- dijo presionando su dedo índice en mis labios para que me callara. Directamente me besó pesadamente, donde su lengua trazaba cada espacio de mi boca, haciendo que el cuerpo se me encendiese muy rápido. Su cuerpo se rozaba con el mío para tener el mayor contacto posible. Mis manos se colaron por debajo de su camisa hacia su espalda tocándola de arriba a abajo con mis dedos.
Se apartó de mis labios un instante para mirarme con esos ojos felinos tan sexy, con la respiración entrecortada y después dirigió sus labios a mi cuello. Besándolo como lo hacia con mi boca. Dejando mordiscos y succionando, seguramente dejando marcas. Mis ojos se pusieron en blanco con mis labios entreabiertos. Puse mi mano en su cuello acariciándolo y pegándola mas a mi.
-Enserio vamos a hacer esto aquí- dije con dificultad.
-Por que no- Dijo apartandose y mirandome directamente a los ojos.
Ahi fue cuando la atraje a mis labios una vez más, saboreandolos otra vez. Noté ansia en esos besos y deseo a dejar fluir a mas. Jugué por un rato con el borde de sus leggings hasta que ella puso su mano encima de la mía guiándome dentro.
Noté lo húmeda que estaba y seguidamente empecer a mover mis dedos estimulándola a un ritmo rápido que compenetraba con su respiración , su mano siguió aguantando la mía por la muñeca para que no parara, me miraba a los ojos intensamente, solo con una mirada sabia lo que quería así que entre en ella con dos dedos y ella gimió, fue directamente a mi cuello dejando mordiscos entre besos para ahogar sus gemidos.
-Alex...ahh joder- decía entrecortada mientras su cuerpo se movía con mis dedos creando mayor fricción.
Empecé a ir a un ritmo más rápido, por sus gemidos y como movía su cuerpo contra mis dedos buscando más placer. Inserte un dedo más y ella se rozaba contra ellos, contra mi cuerpo, yo siempre miraba hacia arriba, hacia su mirada, nuestras miradas no se separaron ni un segundo.
-Nena córrete para mi-
Ella se mordía el labio cada vez más fuerte, gimiendo esta vez más alto, probablemente se podía escuchar desde fuera y yo decidí lanzarme a sus labios para callarla, ella movía su boca con dificultad, en un beso donde nuestras lenguas estaban en contacto pausadamente.
-Ahh Alex...me voy a correr-
Intensifique lo más que pude mis movimientos, hasta que la sentí temblar, la ayude un poco mas a llegar al climax hasta que su cuerpo sacudió, gimió mi nombre con los ojos cerrados y yo tuve que poner mi mano en su boca para que no se escuchara, aunque me parecía lo más bonito que había oído, me encantaba, y si, pensaba hacerla gritar mi nombre mil veces más en un sitio donde no la escuche nadie, solo yo.
Su cabeza estaba enterrada en mi cuello mientras cogía aire, la abrace por la cintura juntando nuestros cuerpo, pasando mis manos de arriba abajo por su espalda.
Noté su mano llegar hasta mi intimidad pero yo se la aparte entrelazando nuestras manos. Me fuera gustado que ella me tocara en ese momento pero podría esperar y ya parecía un poco sospechoso estar tanto tiempo dentro.
-Cariño no hace falta- le dije dándole un beso sonoro en su cuello.
-Seguro, hace mucho tiempo que no...- y la corte con un beso.
-Puedo esperar- le susurré en sus labios.
-Vamos que ya estarán sospechando- le dije seguidamente levantándola.
-Mierda no habré gritado mucho no-
-Un poco, pero da igual a mi me gusta- dije haciéndola reír.
-Alex me está dando claustrofobia de estar aquí, vámonos- dijo en plan coña, pero era verdad, esto era bastante agobiante.
-No tia tu sales primero y después yo, es sospechoso si salimos a la vez-
-Vale Amore, te espero allí- dijo, me cogio de las mejillas y me besó.
Salió y al cabo de los minutos salí yo. Nadie sospechó nada porque era hora de noche y todo el mundo dormía.
Fui hasta nuestros asientos y me senté, Elettra directamente me abrazo apoyando su cabeza en mi pecho, cerro sus ojitos y suspiro diciendo 'amore'. Me incorporé y puse mi cabeza apoyada en la suya. Joder no había palabras, era perfecta, nada de ella me parecía mal en esos momentos, se me había olvidado todas las discusiones, todos los celos, al final ninguna de las dos tiene la culpa de esas diferencias, es lo que sentimos. Se que me pelearé mil veces más con ella, se que mostrará sus celos muchas veces mas, pero al final del día yo estaré ahí para sacar sus dudas, sus inseguridades, para recordarle cada vez que lo dude que ella es la única, la única a la que amo.