El Amuleto Mágico

3

  Luego de haber llegado a la cúspide de la montaña: Chicho sacaba su lengua y respiraba con su boca; pues el cansancio  lo dominaba, ya que él era un hombre medio gordo y se cansaba más que su amigo, quien éste era totalmente todo lo contrario; era un hombre de estatura mediana y delgado.

  —Cof cof... estoy quemado Zorro, vengo fundido descansaré... un rato porque ya de aquí vamos solo por lo parejo —jadeó Chicho mientras se sacaba un cigarrillo de su bolsa del pantalón y se lo fumaba.

  —A güevos. Ya de aquí sólo por plan vamos Chicho, ya son las ocho y media, —dijo mientras miraba la hora en su reloj—, es mamo de cuesta, ésta que subimos eh.

  —Simón Zorro, yo venía fundido ya, mirá que empapada en sudor tengo mi camisa —le dijo, sacandose la camisa y la retorcía—. Ahora sólo falta encontrar la casa de ese viejo.

  —¡Ay no! —exclamó Robelo.

  —¿Qué pasa? —preguntó Chicho con asombro, mientras terminaba de escurrir su camisa.

  —Que ya no andamos mucha agua y esa que escurriste, la hubiéramos ocupado para echar otro poquito más en este bote — dijo sacando su botella de plástico—, para beber, así como aquella vez que nos quedamos sin agua, que bebimos del sudor, saladita pero nos quito la sed.

  —Aaah como aquella vez, pero aquella vez fue distinto, allí no había nada de agua y aquí si se nos acaba por eso no hay problema. Y además vamos para la casa del viejo, a de vivir en medio de esta montaña creo.

  —Ummju eso sí. Ah, pero te acordás de lo que nos dijo aquel cipote.

  —Ah, deberas es cierto, dijo que vivía en un bordito, mmju si me acuerdo.

  Aquellos malvados y ambiciosos hombres siguieron platicando por más de media hora de sus divertidos y entretenidos planes, luego siguieron su camino. Llegaron a un lugar donde hay una falda y ellos tienen que caminar hacia abajo.

  —Mira Chicho, aquí si está yuca esta bajada y solo es piedra, mira hombre, jes ta perro esto.

  —Hijuela, si es verdad. No creí que hubiera esta bajada aquí así. Es verdad, ta chancho, tenemos que bajarnos con cuidado.

  Aquellos hombres no contaban con esa bajada tan horrible, además habían piedras sueltas y era muy inclinado; pero no más eran unas cien varas hacia abajo.

  Luego de tanto pensar se atrevieron a bajar aquella inclinada y resbaladiza cuesta.

  —Bueno pues Chicho, a caminar se ha dicho. —dijo Robelo mientras caminaba cuesta abajo y se agarraba de unos matones que habían allí.

  Mientras Robelo bajaba, no se percató de una Colmena que había en medio de su camino y se la pasó llevando con sus pies, al instante se revolvieron las abejas y una de ellas picó su nariz, quien desesperadamente gritó:

  —¡Aaaaay Chicho, me ha picado algo en la nariz!

  Ignorando que era una colmena llena de abejas la que se había llevado. Robelo no soportó las abejas y se deslizó en una piedra y comenzó a rodar.

  —¡Aaaay Chicho! me maaatoo —volvió a gritar mientras rodaba llevándose monte y piedra entre sus pechos hasta llegar a una quebrada que es el fin de la falda.

  —¡Ay cabrón se mata este maje!
—murmuró Chicho, mientras corría tras él.

  Y luego sin saber como, pero bajó aquella difícil cuesta hasta llegar donde estaba su moribundo amigo.

  —¿Te mataste Zorro?, Zorrooo, ¿te mataste?

  Robelo no respondía nada, luego le tomó el pulso a su amigo, pero lamentablemente ya no tenía pulso, su amigo ya estaba muerto.

  —No, no puede ser, no te vallas, no me dejes porfa —gritaba, lloraba, se revolcaba en el suelo, arrancaba tierra, ladraba como perro, brincaba como cabra—. Si tu te vas, es que si tu, si tu hu hju hju te vas... —gimoteaba— ¿dime...? ¿Con, con... hju hju quien? ¿con quien voy a hacer mis planes? ¿Dime cooon quieeen? ¿dime? ¿respóndeme?

  Chicho estaba desesperado y lloró amargamente durante tres horas a su ahora difunto amigo, lloró como un niño chiquito, lloró como una Magdalena.

  —¿Porqué? —se preguntaba— ¿Porqué ahora? Cuando todo iba tan bien, pasa esto ¿porqué el destino me ha hecho esto? me ha llevado a mi mejor amigo. ¿Porquéeeeeee?

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Y ahí de nuevo un capitulo inesperado.
Comenten y no olviden la ☆

Con el estilo de El típico LAEREX