VII.

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Una lágrima cayó por mi mejilla y escuché que alguien gritó mi nombre desde la puerta.

Mina: ¡MOMO! -asomó su cabeza por la puerta y reconoció mi estado de ánimo. Se acercó rápidamente y tomó mi hombro- Momo ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? -secó mi lágrima y se agachó para verme a los ojos

Yo: Mina... -dije antes de romper en llanto, me acerqué a ella y lloré en su hombro. Mina sobó mi espalda y acariciaba mi cabello tratando de calmarme, no decía palabra alguna. Simplemente, me dejó ser – Mina, yo la amaba -dije sin poder parar de llorar. Mina no dijo nada y me abrazó con más fuerza.

Tomó mi mano y me arrastró dentro de la casa. Las chicas estaban en la sala viendo un drama y en cuanto me vieron dejaron de prestarle atención. Mina les lanzó una mirada y todas entendieron que no era momento de preguntar. Me llevó a su habitación e hizo que me recostará en ella, sacó mis zapatos, cubrió mi cuerpo con las cobijas de color gris, se sentó a mi lado y empezó a acariciar mi cabeza. No decía nada, ni siquiera me miraba a los ojos, simplemente me acariciaba y me secaba las lágrimas de vez en cuando. Lentamente mi llanto se fue apagando, mis párpados pesaban 3 kilos cada uno y no podía seguir despierta, así que suspiré fuerte y me quedé completamente dormida.

Sentí que me dolía la cabeza así que me moví de lugar con los ojos aún cerrados, daba vueltas sin encontrar la posición que me permitiera volver a dormir. Entre tanto movimiento sentí que había pateado a alguien, dejé de moverme casi inmediatamente y saqué mi cabeza de las cobijas. La lámpara de noche proveía suficiente luz como para que al abrir los ojos me diera cuenta que a mi lado estaba Mina. Traté de sentarme sin hacer tanto alboroto y fue entonces cuando casi lloro de nuevo, vi que Jeong, Chae e incluso Somi estaban dormidas en el suelo.

Mi corazón se hizo pequeño y después triplico su tamaño. Me sentí aliviada de tenerlas como amigas. Sonreí y me volví a acostar, aunque el sueño no volvió. La mañana entraba por las cortinas de la habitación de Mina, las chicas seguían dormidas a excepción de Jeong. Saqué mi cuerpo de entre las sábanas y bajé de la cama con cuidado de no pisar a Chae o a Somi y sin despertar a Mina. Salí de la habitación y cerré con cuidado la puerta. Me dirigí a la cocina y vi a Jeong sentada en el sofá viendo la televisión.

J: Hola ¿cómo te sientes? -preguntó mientras bajó el volumen del televisor

Yo: Hola -sonreí- mejor -la vi y sentí un corazón cálido detrás de su actitud. Corrí hacia el sofá y me senté a su lado, le abracé el brazo izquierdo y apoyé mi cabeza en su hombro -Gracias – le dediqué una sonrisa mientras la veía hacer caras de sorpresa

J: Todo va a mejorar Momo, debes dejarla ir -me miró con tristeza

Yo: Lo sé... es lo que más quiero. Olvidarla... Bueno, no. No quiero olvidarla, solo quiero perdonarla y seguir mi vida -apreté su brazo y ella acarició mi cabeza

J: Tienes que ir aceptando la realidad de que ya no es más quien tú creías. Las rupturas tienen terapia ¿quieres que te diga cuál es? -me miró detenida

Yo: Por favor -dije mientras le soltaba el brazo y me senté de modo que quedé de frente a ella- Dime

J: Debes salir más, no sólo al trabajo y la escuela. Debes ir a fiestas, debes salir con tus amigas, conocer gente nueva. Pero eso sí, no intentar olvidarla estando con alguien más. Eso nunca funciona y de hecho empeora todo.

Yo: Bueno, eso suena fácil, pero en realidad no tengo ganas de salir -dije mientras me acostaba y recargaba mi cabeza en su pierna

J: Exacto, es el verdadero reto. Sacar de la depresión a los recién dejados -jugó con mi cabello

Begin Again. [NaMo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora