A partir de ese día todos los papeles en la familia se habían invertido. Mi mamá que antes estaba deprimida ahora era supremamente feliz, yo que no sabía q era la depresión lloraba todos los días, mi hermano simplemente no sabía lo que pasaba, y mi papá ahora estudiaba en la universidad la mayor parte del tiempo.
Por mi parte, era una niña que aunque siempre había sido muy cariñosa con todo el mundo, también era extremadamente penosa. Eso no quiere decir que no tuviera amigos, claro que los tenía, pero la idea de hacer amigos nuevos me parecía el fin del mundo. Una vez que decidí que tenía que hacer amigos y me empecé a acercar a nuevas personas me encontré con tres cosas que no esperaba:
1. La gente no sabía qué era Venezuela. Podía ser una marca, una palabra inventada, una comida o cualquier otra cosa, lo bueno de esto fue que muchas personas mostraron interés en mi por venir de Narnia, o por lo menos de un lugar del que desconocían su existencia.
2. A pesar de ser tan solo una niña de 8 años, que obviamente se rodeaba de gente de la misma edad, la gente podía ser muy hiriente. Así que a los 8 años, antes de que incluso existiera la palabra bullying, yo fui víctima de él. Lo curioso de esto es que era bulleada gracias a mi nacionalidad, pero principalmente por una niña que era ucraniana, osea que nisiquiera ella estaba en su país. Ella básicamente se encargó de decirle a todo el mundo que era una mentirosa y que era sudaca, palabra que yo no sabía que significaba... Y es básicamente que vienes del sur.
Como ya dije antes esta niña le dijo a todo el mundo que era una mentirosa, y de alguna manera me hizo un favor, ya que gracias a esto fue que tuve mis dos primeros amigos. Cómo? Bueno...JA WENO... Ella habia llegado a la conclusión de que yo era mentirosa básicamente porque al parecer ella me había saludado muy cariñosamente el primer día que yo llegué, pero entre una cosa y otra yo no lo recordaba. De hecho le dejé claro que yo siempre había estudiado en un colegio de una sola sección, y que en un solo día había conocido a 4 secciones juntas, más unos cuantos de otros grados/años/curso o como sea q le digas. Realmente no tenía la capacidad de recordar la cara de las personas, y esto fue algo que rápidamente todo el mundo sabía de mi. Un día un niño más bajo que la mayoría, de ojos claros, pero aún así con unas facciones bastante toscas, se me acercó en un recreo y me dijo
- Es verdad que no te puedes acordar de las caras de las personas o es solo otra mentira de Natalia?
Teniendo en cuenta que hasta ahora nadie me había hablado obviamente no dude en responderle que si, entonces la conversación se volvió muy interesante
- Entonces estás segura de que si yo te digo algo... Después no vas a saber quién te lo dijo?
- Lo más probable es que no.
- Vale..Oye, yo sé que esto es muy raro, pero de verdad necesito hablar con alguien. Ves a esa chica de allá? Ella es mi novia, pero la verdad no me gusta
- No creo que haya algún problema con que no te guste tu novia si nadie se entera, es bastante normal
- Yo se, si es que ese no es el problema. El problema es que a mi si que me gusta alguien, a mi me gusta un chico.
- Pero eso es imposible, tu también eres hombre
- Ya.. si es que eso lo sé. Por eso es que no se lo puedo decir a nadieDespués de un tiempo ese niño que no sabía por qué le gustaba otro hombre, se volvió mi amigo, pero nunca me quiso decir su nombre, básicamente porque nunca se me olvidó su cara.
Lo interesante fue que mi segunda amiga fue su novia XDD. Ella me armó una escenita de celos porque andaba todo el tiempo con su novio.Entre mi nuevo amigo gay, su novia celosa, los insultos por extranjera, y en general toda la situación que implicaba ser inmigrante mis padres decidieron inscribirme en un estudio de pintura, lugar que se volvió una especie de escape total, donde estaba con la gente rara que terminó formándome una personalidad bastante distraída, desastrosa, desordenada, descuidada y cualquier otro adjetivo típico de un artista que se te pueda ocurrir, aunque las he ido perdiendo con el tiempo.
Todo este primer gran cambio en mi vida hizo que de alguna manera madurara mucho más rápido que el resto, y a los 9 años ya era una adolescente de primera. No por rebelde ni nada así, simplemente ya era adolescente.
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Historia De Un Adios
Non-FictionCuando ya ibamos a volver a la ciudad ella lloró mucho, y aunque yo quería, no logré llorar, y me sentía mal al respecto. Entonces mi papá, el cual se dió cuenta de esto, me dijo "por lo general, sufre más el que se queda que el que se va. El que se...