Supongamos que estamos a principios de diciembre.
Se acuerdan de esa idea que tenía de que eso a lo que la gente llamaba amor no era más que atracción sexual hacia una persona con la que te la llevabas bien??
Pues bajo ese concepto, definitivamente estaba enamorada; y aún más, Nicolás estaba enamorado de mí.Sin embargo el concepto de amor había cambiado completamente para mí. Sí, definitivamente el amor de pareja implica mínimo atracción sexual, si es que no es satisfacción sexual, porque sino sería como ser amigos, o incluso familia; pero el amor es mucho más que atracción sexual a alguien con quien te la llevas bien.
El amor es un sentimiento que, por muy cliché que suene, te cambia la manera de ver las cosas; te vuelve más comprensivo y empático, más paciente con el universo, más feliz, más relajado, simplemente te hace sentir bien contigo mismo y con el universo, porque es un sentimiento que te llena, que te hace apreciar cosas muy sutiles, detalles de la otra persona. Te hace extrañar su voz cuando solo llevas horas sin oirla, te hace sonreír con solo pensar en esa persona, incluso hace que unos minutos de conversación con esa persona te puedan alegrar el día, sin importar lo horrible que haya sido.
El amor literalmente es tan satisfactorio que debería considerarse una droga.... Y como toda droga, genera adicción.Y ahí estaba yo, como cualquier drogadicta, llorando en el piso con solo plantearme la idea de no tener mi droga. El simple hecho de pensar en lo que se sentía una crisis de abstinencia me debastaba. Me hacía empatizar con todos esos personajes de películas y libros cursis de los que tanto me había burlado.
Ahora dejémonos de metáforas.Sí estaba llorando con solo pensar en no tener a Nico para mí, pero no es que soy una pesimista/masoquista que decidió pensar en lo que, para ese momento, era lo peor que le podía pasar.
Lo siento, momento de clase pirata de Historia de Venezuela. Muy pirata.
Después de que Chávez murió, dejó a un hombre llamado Nicolás Maduro como presidente. El problema es que este hombre literalmente había sido autobusero la mayor parte de su vida y no tenía muy buenos estudios, y definitivamente no estaba, ni está, capacitado para gobernar un país.
Y de alguna manera que sinceramente desconozco, se las arregló para terminar de hacer de Venezuela un desastre, comenzó con una pequeña devaluación de la moneda, un poco de inflación, un poco de escasez... Otra devaluación, otro aumento de precios, menos comida, otra devaluación, no hay papel toalet.... Otra devaluación, subida de precios, no hay medicinas... Y así hasta que, sin ofender a nadie, parecía que hubiesen sacado el país de América y lo hubiesen pegado en África. Esto sin tener en cuenta que estábamos entre los 10 países más peligrosos del mundo.Mis padres, quienes sabían que tenían la capacidad económica como para aspirar a un mejor estilo de vida, se estaban planteando la idea de que nos fuéramos otra vez; de hecho no se lo estaban planteando, estaban haciendo trámites para irnos.
Así que está fue la primera vez que rompí con un patrón de comportamiento muy común en mi, y es que llorar me era extremadamente difícil. Incluso había estado en varias situaciones incómodas por no llorar cuando se supone que debería hacerlo.
Pero esto había sido completamente distinto, mis padres me lo dijeron en la sala, y yo no había terminado de llegar a mi cuarto cuando ya sentía que todo estaba borroso y que las lágrimas estaban a punto de salir. Además, si bien con uso de conciencia había llorado varias veces por razones que no fueran daño físico, siempre había sido más como un lagrimeo constante, algo que podía manejar rápidamente si me concentraba en respirar... Y esa vez llore con odio, hasta no poder respirar.Estaba extremadamente frustrada porque entendía perfectamente la situación, y la decisión de mis padres era probablemente la misma que yo hubiese tomado, así que nisiquiera podía descargar mi odio en ellos.
Tampoco estaba molesta con el gobierno o con Maduro. Nisiquiera se si estaba molesta, simplemente odiaba la situación, odiaba que por primera vez sentía que estaba en mi lugar, que tenía amigos, que me había enamorado, y que amaba estar enamorada; y que justamente en este primer momento plácido en mucho tiempo, una vez más, iba a tener que deshacerme de todo y de todos, incluso de Nicolás.
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Historia De Un Adios
Non-FictionCuando ya ibamos a volver a la ciudad ella lloró mucho, y aunque yo quería, no logré llorar, y me sentía mal al respecto. Entonces mi papá, el cual se dió cuenta de esto, me dijo "por lo general, sufre más el que se queda que el que se va. El que se...