Capítulo VI

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La primera persona que de alguna manera cambio mi vida al instante, fue Farias. Obviamente ese no es su nombre, es su apellido, pero siempre lo había llamado así, y a estas alturas no le iba a empezar a llamar por su nombre.

Farias había estudiado conmigo desde los 3 años y además era mi vecino. Aunque siempre había sido mi amigo no era nada especial​ en mi vida.
Desde el primer momento en el que volví, por razones desconocidas nos hicimos extremadamente cercanos.

El se encargó de cambiar completamente mi sentido del humor y volverlo más adulto, y básicamente de corromper cualquier rastro de inocencia que quedara en mi; esto incluía vocabulario, chistes sexuales, alcohol etc. De alguna manera, la confianza entre nosotros llegó a ese punto que daba asco, que da asco, se muchas cosas de él que no eran para nada necesarias que supiera y viceversa.

Se volvió esa persona con la que no necesariamente hablo todos los días, pero de alguna manera siempre lo sabe todo. Con la que jamás me aburriría, y que además, se adentro completamente en mi familia. Fari además de ser mi mejor amigo y vecino, lo que implica que pasa mucho tiempo en mi casa y yo en la suya, termino por convertirse en casi mi hermano cuando su primo y mi hermano, el real, se hicieron mejores amigos. Nuestras familias se volvieron inseparables, lo que hizo que nos volviéramos aún más unidos.

Historia De Un AdiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora