Capitulo 1. ¡Llegaremos tarde!

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ANAIRAM

—¡Oh dios no, no es posible!
Ana juro que si no te levantas te dejaré y tendrás que irte pie—

De un golpe abrí los los ojos y suspire lo más fuerte que me fue posible en ese momento. Sofhia, mi mejor amiga, estaba furiosa viéndome con sus manos puestas en la cintura y con un pie dando golpesitos al piso de mi habitación.

—¿Se puede saber por qué todavía no éstas vestida?— siseó cabreada.
Voltee a verla con mi cara soñolienta y me estire sin prestarle mucha atención.

—¿Será por qué estaba teniendo mi sueño de belleza?— respondí después de unos segundos. Siempre que sofhi me despertaba le decía esa frase solo para ver como se ponía roja de la cólera. Es divertido hacerla rabiar.

— JA JA JA muy graciosa. !Levanta te ya! o llegaremos tarde a nuestro primer día de clases por tu "sueño de belleza"— Comencé a reírme entre dientes, al ver como trataba de hacer mi voz, pero más bien le salía gritona.

—Esta bien, como tú digas— rodé los ojos junto a una sonrisa inofensiva.

Me levanté de la cama con una mano en mi cabeza rascando todo mi cabello enredado y  la otra ocultando un bostezo.
Entre directamente al baño con la intención de cepillar mis dientes y bañarme para quitar todo mal olor que tuviera mi cuerpo en ese momento.

Abrí el grifo de la regadera y comencé a divagar en mi mente como nos iría el día de hoy. No es que no estuviera nerviosa, más bien estaba aterrada pero sabia que podría con esto, que podríamos con esto, después de todo somos huérfanas que habían escapado y pasado por muchas cosas en el tiempo que duramos al llegar aquí.

Cuando salí del baño me encontré con los ojos de Sofhia fijos en mi, eran de un color café muy intenso. Poseía un cabello castaño que le llegaba aproximadamente más abajo de los hombros, era de tez morena, tenia una sonrisa sumamente espectacular y media aproximadamente 1,60 de altura. Somos de la misma edad.

Es hermosa, no negaría esa cualidad de Sofhia.

-—Buscaré ropa para ti—se levantó de la cama y fue directamente al closed. Se tomó unos segundos averiguar lo que había en el, aunque ella y yo sabíamos que mi ropa no era la más ostentosa y que no encontraría mas que uno que otro pantalón y varias franelas y suéter. Decidiéndose, sacó unos jeans negro y un suéter gris, busco en lo ultimo del armario y saco unas zapatillas color negro.

Se levantó y comenzó a caminar hasta la cama para poder colocar las prendas que me pondría.

Para el instituto se había puesto unos jeans blancos y una camisa nike de cuello redondo roja, unos tacones que eran exactamente del mismo color que su camisa. No podría subestimar su forma de lucir, era lo que mas me encantaba de Sofhia, aunque yo vistiera como una vagabunda, claro.

—Ahora arreglate. El desayuno esta servido y no querrás comerlo frío.—

Salió dejandome sola en la habitación. Caminé hasta la mesita de noche y saque mi ropa intima. Un sostén de encajes rojo que iba a juego con una pantaleta sencilla del mismo tono. Me los puse y luego me volteé para comenzar a tomar las prendas de ropa y colocarmelas.

El instituto, nunca había podido ir, y no porque no quisiera, sino que no podía. En el orfanato solo era limpiar y limpiar, así se suponía que te ganabas la comida, y tampoco es que fuera el gran plato. Mayormente se conformaba con un asqueroso puré de papas, un pedazo de carne a medio coser y un arroz mas tieso que la suela de mi zapato.

Una vez lista peine mi largo cabello, lo sujete en una coleta alta y me coloque un poco de maquillaje. Nada excesivo, no me gustaba llamar la atención.

Salí de la habitación y baje las escaleras demasiado rápido. Cuando llegue al ultimo escalón vi a mi mejor amiga sentada en la mesa, comiendo unos exquisitos tequeñotes, que desde mi punto de vista se veían magníficos.

¡Oh dios!, con solo verlos babeo.

Camino lento ignorando mi repentinas ganas de tragarme todo y tomo asiento en la silla que queda al frente de mi amiga. Comencé a comer.

Se preguntaran como llegamos a este departamento, pues muy sencillo. Después que escapamos del Orfanato en Chicago, pensamos en mudarnos de Ciudad.

Sofhi hizo un "negocio" con los pilotos y nos dejaron subir en la parte de atrás del avión.

Así fue como llegamos a porlands.

Lo del apartamento y todo eso, lo tenemos gracias a las peculiares agilidades de Sofhi para manipular tarjetas y así, nada de otro mundo, pero ella dice que lo devolveremos tarde o temprano, el dinero que tomamos "prestado", en fin.

—Buenos días— susurró Sofhia al verme. Despegue mi vista del plato un momento y le dedique una sonrisa con comida entre los dientes. Hizo una mueca de asco, porque se me había salido un trozo de tequeño de la boca.  Pero hey, no me culpen, ¡Tengo hambre!

Terminamos de comer, y como auto reflejo me fije en la hora de mi teléfono. faltaban  ¡05 putos minutos! para llegar el instituto.

Me levante a tropezones y  recogí los platos en un tiempo récord. Jale a Sofhia y la encamine junto a mi, hasta la salida.

  Teníamos prisa por no llegar nuestro primer día tarde al "nuevo instituto". Sofhia tomo su bolso rápidamente y salimos por fin del departamento.

—Podrías haber dejado que me cepillara los dientes al menos, no jalar me como si de eso dependiera tu vida— Puse una cara de " perdón" y ella solo volteó lo ojos.

Nos embarcamos en su jaguar rojo. Sofhia de piloto y yo de copiloto. Aún que no teníamos licencia era un pueblo pequeño y aceptaban a menores de edad conducir si tenia un permiso de sus padres y obviamente Sofhia contrato a unas personas para que pudiera hacer ese pequeño trasmite.

Siempre me había emocionado conducir un carro, pero mi amiga nunca me dejo manejar el suyo por lo que paso la ultima vez.

Flashback

conducía el carro de Sofhia después de salir de una fiesta. Ella estaba sumamente borracha y yo también obvio pero Sofhia ya había pasado los limites los cuales eran "no quedarse dormida" y ella lo hizo, en fin.

Cuando iba conduciendo me había sumergido en mis pensamientos. Eran sobre el maldito Orfanato.

Habíamos dejado a muchos de nuestros amigos en ese lugar tan horrible.

con los mareos y ganas de vomitar seguía conduciendo, en un solo momento me volteé a ver a sofhi, estaba babeando con su cabeza en la ventana y se podría decir que hasta roncando.

Al verla no pude evitar reír y quitar la vista de la carretera, en esas risas mi amiga despertó gruñendo por el dolor de cabeza que tenia y yo solo la veía y salían mas carcajadas de mi.

Sin ponerle atención a la carretera y solo a Sofhi con su cara de zombie, no me pude dar cuenta a tiempo que me había desviado de la carretera y íbamos directo a un árbol, cuando quise frenar ya era tarde.

Duramos casi dos semanas en un hospital. Mi amiga se había fracturado la pierna izquierda y torcido un tobillo derecho en cambio yo me había fracturado la muñeca derecha y me habían puestos puntos en la pierna izquierda por uno vidrios que habían caído allí del cristal delantero del auto.

Fin del flashbak.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora