capítulo 24. ¿Qué nos esta pasando Harry?

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Escuche sus gritos pidiendo que le abriéramos, por un momento pensé que tendría que enfrentarme solo a ella, pero cuando apenas abrí la puerta, comencé a visualizar toda la habitación que se encontraba destruida hasta no más poder.

Hasta que la encontré cerca de la puerta. Estaba de modo atacante y por un momento temí lo peor. El hechizo no se mantenía por siempre en la habitación y por eso los chicos y yo intervenimos.

—Anairam— susurré muy bajito. Me miro extrañada, pero después parpadeo un par de veces y relajó la postura regalándome así una de sus sonrisas tranquilizadoras.

Suspire y sin pensarlo la abrace sintiendo su calor. Aunque para ella este sea un abrazo normal, para mi es mucho mas que eso, es una promesa de que siempre me preocuparé por ella y la cuidaré cueste me lo que me cueste, porque la amo, desde que la vi por primera vez, la ame.

La sentí moverse y supuse que era momento de romper el abrazo, pero me sorprendió que sólo se haya despegado un poco, yo que soy un poco más alto que ella, tenia que bajar la cabeza. Le sonreí muy feliz por haberla tenido de vuelta, pero Ana tenía el ceño fruncido, mi sonrisa poco a poco se fue apagando hasta posarla en una linea recta.

—¿Por qué tu ropa se encuentra de esa forma?— me dijo preocupada — ¿Acaso hubo un ataque? — la mire indeciso, ¿Tengo que contarle lo qué pasó realmente? — Mejor iré a ver a los muchachos— susurró. Cuando se soltó me desespere.

¿Cómo le explicas al amor de tu vida que por culpa de su demonio, nuestros amigos se encuentran en el hospital del castillo?. Apenas estuvo cerca de tomar la perilla, la retuve

—¿Qué pasa?— me preguntó extrañada — Harry dejame ir, por favor — ¿Por qué las mujeres son tan Tercas ah?.

La tome con mas fuerza del brazo y eso le molesto. ¡Por favor, que merida no aparezca!
—Sueltame — Me exigió más fuerte, temí por un momento que perdiera el control. La mire atentamente.

— No puedo dejarte ir Anairam— susurré — ven tengo que llevarte a otra parte, este cuarto ya no es adecuado para ti— me miro extrañada, y ahí fue cuando me percate de que no se había dado cuenta del estado en que se encontraba la habitación. Se soltó de mi agarre y apartó la vista de mi para fijarse en la habitación

Se quedo en shok. Literal, en sus ojos se veía que no podía creer lo que miraba, todo se encontraba destrozado. Sentía su inquietud y la forma en que buscaba una explicación lógica en su cabeza

Me miro raramente, mientras que yo la miraba preocupado. Me sentí impotente por no darle las explicaciones adecuadas

—¿Qué pasó con la habitación?— exigió, pero solo la tome del brazo fuertemente y la saque de la recámara.

<<La llevaré a mi habitación>> pensé

—Sueltame— se movía cual culebra Tratando de liberarse de mi agarre, pero no pudo lograr nada. Suspiró y yo también. Se dejo llevar y me tranquilice un poco.

Pero se de ante mano que me pedirá respuestas y tendré que explicarle lo que paso, aunque... ¡Ya se!, le diré a Maria que venga. Cuando la busqué no se encontraba, pero según me informaron las gemelas, llegaba hoy de su viaje. Ella podrá explicarle perfectamente la situación

Llegamos a mi habitación, me despegue de ella.

Me recoste de mi sofá mientras Ana recorría curiosamente mi espacio. No era la gran cosa, solo tenia una cama lo suficiente grande para dos personas, un armario, un mueble y todos mis trofeos que recoleccione al rededor de mi inmortalidad, además de contener aparatos médicos y mis batas. No era la gran habitación, pero para mi era muy cómoda y con eso me bastaba.

La mire con precaución, mi cuerpo sin notarlo estaba tenso. Estaba alerta por cualquier cosa.

Me miró con su ceño fruncido y se cruzó de brazos dándome una vista perfecta de sus hermosos pechos.

¡Joder que sexy es!.

Me estremecí cuando comenzó a darle golpes cuidadosos al piso, con la punta de su zapato, y me miraba con esa cara de mala que siempre usa desde que la conocí para asustar, pero en mi lo menos que causaba era eso.

¡Por la luna!, esta mujer me pone muchísimo, ¡Joder!.

<<Tranquilo Harry, tranquilo>> la mire cuidadosamente y le dije

—Yo soy el menos indicado para explicarte las cosas— susurré con voz ronca. Sin percatarme mi mirada se dirigió a sus pechos y ella lo noto pues bajo rápidamente los brazos y dio un paso hacia atrás. La mire rápidamente a los ojos, los cuales me miraban sorprendidos.

Creció de repente una tensión en la habitación, aunque era muy diferente, no se sentía incomoda, se sentía atrayente.

La mire cuidadosamente, pero con lujuria. Anairam es hermosa.

Pero me pregunte.

¿Qué pasará ahora?, ¿Pensará que me propasaré con ella por mi mirada inapropiada?.

<<Será mejor irme y buscar a Maria>>  asenti mentalmente y trate de hablar normal

—Me iré un momento a buscar la explicación que necesitas. Siente te como en tu casa— y sin más, salí apresuradamente con una erección en mi entrepierna. Cerré la puerta y me recoste de ella.

Involuntariamente mis brazos secaron el sudor de mi frente y respire profundo.

—Espero que nada cambie entre nosotros— dije para mi mismo. Con ese pensamiento y la presión en mi pantalón, caminé a la oficina para contactar me con Prieto

ANAIRAM

¡¿QUÉ COÑO ACABA DE PASAR?!. Sentir sus ojos en mi, con esa mirada de lujuria que me lanzo y la repentina mirada a mis pechos, me hizo sentir... Deseada.

No fue temor lo que mi cuerpo sintió cuando sin pensarlo paso su vista de mis ojos, a mis pechos. Fue una atracción que me hizo retroceder.

<<¿Pero qué esta pasandome?>>

De pronto se sintió una incomodidad atrayente en el ambiente, cosa que el también se percató, por eso me hablo apresuradamente y salio como alma que lleva el diablo.

¿Seguramente pensó que me sentía incomoda con él?, aunque fue mejor que se haya ido, no sabría con exactitud que pasaría si se hubiera quedado más tiempo. Sus ojos... Sus ojos color verde me miraban deseosos pero con miedo de hacer algo indebido.

¿Qué nos esta pasando Harry?

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora