Capitulo 14. ¿Casi una semana?

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ANAIRAM

¿Luna?—la mire confundida, nunca antes la había visto así, sentía que estaba acorralada en un lugar sin salida. Me puse rígida al instante en que se levantó de su silla— Cariño, necesito que me prestes total atención a lo que te voy a decir—Me tomo de los hombros

—¿Esta bien?—Sentía que le costaba comportarse así conmigo, en su mirada se le notaba que la forma de hablar y su aura esparcida por todo el lugar era solo por lo angustiada que estaba. ¿Por que no me había dado cuenta cuando hablamos por el espejo?. Se le notaba a leguas lo agotada que se encontraba y la energía que ha estado usando.

¿Estas bien?—le susurré —Creo a ver notado lo cansada que estas. — susurre preocupada—¿Qué esta pasando Luna?— negó varias veces con su cabeza y suspiró

—No importa cariño, solo quiero que me escuches, ¿Esta bien?—sentí que era mas una suplica que una petición. Arrugue mi ceño sin entender nada, pero acepte.

No me gustaba ver esa angustia en sus pequeños ojos. Trato de sonreír, pero le salió una mueca en el proceso.

Se despego de mi espacio personal para sentarse en su silla. De verdad se le notaba lo cansada que estaba, desde aquí podía visualizar unas ojeras en su bello rostro.

Me hizo señas para que tomara a ciento en un sofá que no sabia que se encontraba en una esquina. Hice lo que me pidió sin una mínima de demora. Al ver que me senté, soltó un largo suspiro y se propuso hablar.

¿Sabes que eres mi hija no?— asenti confundida —Bueno amor, necesito que te prepares—¿Prepararme?, no entiendo nada y ella se dio cuenta. Me hizo señas para que la dejará hablar—Siendo tu mi hija, tienes algunos deberes que cumplir —La mire confundida —además de que, muy pronto sera tu despertar y...—

la corte. ¿Cómo que será mi despertar?, ¿Acaso he de cambiar?, en ese caso, yo no quise esto, no quise tener una madre puesto que en mi vida nunca falto, con Sofhia me basta y me sobra.

"Reina" no quiero ser yo quien te de mas preocupaciones, pero no quiero ni cambiar, ni ser tu hija, ni ser una princesa y tampoco cumplir obligaciones que no me incumben— me miro con cierto dolor, pero a la vez con comprensión. Ella sabia que esto era mas difícil de digerir de lo que aparentaba ser.

Luna se levanto de su asiento y camino hasta mi, se agacho y tomo mis manos con las suyas, para después sonreír con angustia

—Cariño se como te sientes pero debes entender que no podrás hacer nada para cambiarlo—Suspiró—se aproxima una guerra la cual solo podrás detener con tu sola presencia y para eso, necesito que confíes plenamente en Sofhia, Humter, Harry y otras ciertas personas que ya después conocerás—  Asenti confundida —Muchos seres querrán hacerte daño, pero debes demostrarle que podrás con todo lo que te pongan en tu camino—

la mire confundida a lo que ella sonrió y agrego —Nunca olvides que debes hacer lo que tu corazón te diga y sobretodo, no pierdas esa bondad que hay en tu interior, eso es lo que te va a diferenciar de todos aquellos seres, porque tu mi niña, eres única en el mundo —Sonrió dándome a entender que no había escapatoria a esto y no pude contener la ansiedad que se comenzó a fluir mientras ella me hablaba.

Solté sus manos y coloque mis piernas junto a mi pecho y las abrace, oculte mi rostro en estas y comencé a mecer mi cuerpo. Luna suspiro pesadamente para levantar mi rostro y chocar sus ojos con los mios, tenia unos ojos iguales a los de Harry, pero cuando le quise preguntar, soltó sin mas esta palabra

Duerme—y caí en los brazos de morfeo

(...)

Desperté asustada. Todo estaba oscuro. Sentía como corría sudor desde mi frente hacia abajo. Suspire pesadamente para prender la lampara de flores que se encontraba en mi mesita de noche. Al hacerlo, no pude pegar un grito y llevarme una mano al pecho.

Humter se levantó de golpe y se puso en guardia, comenzó a ver todo el lugar, pero cuando se poso en mi, sentí que el mundo se detenía por un momento. Él me miraba con una sonrisa de felicidad y unos ojos llenos de sentimientos

¿Pero a este que le pasa?, ni que hubiera dormido un siglo.—A-Ana despertaste — asenti a su afirmación y en un abrir y cerrar de ojos, me tenia pegada a el como una lapa.

Sentía su respiración en mi cuello y por mas que quise negarme a que se sentía realmente bien, no podía hacerlo. Le respondí el abrazo segundos después a lo que en respuesta me pego mas a él.

Después de unos minutos, que para mi fueron segundos, me soltó y cuando nuestras miradas conectaron, pegue un vuelco en mi lugar y me tape la boca alejándome de él. Me miro confundido y preguntó —¿Qué pasa Ana? —me miraba dolido, como si le doliera que me alejara de él, pero no pude evitarlo, sus ojos que eran antes negros, ahora son de un color brillante—T-tus ojos son amarillos —

Me miro raro para después abrir sus ojos como platos. Volteo el rostro unos segundo y cuando me volvió a ver, ya estaban de un color completamente negro. Sentí un alivio en mi interior, pero no quitaba el hecho de sus ojos se hubieran puesto de esa forma.

Un momento... El sueño... Tenia que hablar con los chicos cuanto antes. —¿Es-estas bien?—Susurró— Por un momento te perdiste en tus pensamientos —Lo voltee a ver y tenia su ceño arrugado como tratando de ver mas allá de lo que enseño — Si-si, estoy bien—Asintió no muy convencido, pero lo dejo pasar —¿Cuanto tiempo dormí? — le pregunte mientras solté un gran bostezo y me estiraba. —Casi una semana —susurró. Me quede quita, ¿Casi una semana?, ¿Pero cómo?—¿Una semana dices?— asintió despacio—¿Por qué tanto tiempo?—suspiro lentamente para después agregar — No soy yo quien debe responder esa pregunta —

Lo mire confundida y el lo noto pues aclaro —Sofhia es la que debe decirte la verdad —y sin más salio de mi habitación.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora