CAPÍTULO 4: VUELTA A NUEVA YORK

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CAPÍTULO 4: VUELTA A NUEVA YORK

Blaine volvió a Nueva York después de rodar el piloto. Tenía que terminar el curso en NYADA para graduarse y después esperaría a que llegara el rodaje de la serie. Sin embargo, como no quería quedarse sin hacer nada, llamó al dueño de un bar en el que tocaban música en directo y en el que ya había trabajado. Como era de esperar, tenía que cubrir los peores horarios puesto que llevaba tiempo sin ir, pero los aceptó porque le vendría bien ese dinero para cuando se mudara a Los Angeles.

El primer día de clase tras el rodaje fue todo un caos. Sus compañeros querían saber lo que había hecho en la serie y él sabía que no podía contar mucho para mantener la expectación sobre Teenage Dream. Tampoco disfrutaba mucho de esas atenciones porque había gente con la que no tenía buena relación por culpa de la envidia que se acercó a él como si fueran amigos de toda la vida.

Sin embargo, lo peor del día fue ver a Kurt. Al parecer, uno de sus amigos le había avisado que había llegado. A Blaine aun le dolía que le diera ese ultimátum. Él lo había apoyado en todas las decisiones profesionales que había hecho y esperaba lo mismo por su parte.

–¿Qué tal en Los Angeles? –El castaño preguntó altivo.

–Muy bien, grabar el capítulo ha sido maravilloso y estar con Cooper siempre es divertido. –El moreno respondió con sinceridad.

–Según tengo entendido, Santana no ha regresado.

–No, se ha quedado. Le ha gustado mucho la ciudad, por lo que me ha pedido que me encargue de todo aquí. Le mandaré las cosas por mensajería y, si la serie sigue adelante, me encargaré de cancelar el contrato con el arrendador antes de ir. –Anderson intentó sonreír, pero la expresión del otro no ayudaba mucho.

–Supongo que Hollywood es más de su estilo. A mí me gusta más la elegancia de Nueva York, es una ciudad especial. –Hummel se cruzó de brazos.

–A mí me gusta Los Angeles. Puedes ir a la playa, tomar el sol, hace más calor... No sé... –Blaine no iba a permitir que su ex le provocara dudas.

–Y la fama que te puede traer tu nuevo trabajo. Siempre has sido así, te gusta más ser la estrella. Y sí, en Broadway puedes ser famoso, pero nada comparado con el cine o la televisión. –Kurt intentó provocarlo.

–No es fama lo que busco. La serie es una gran oportunidad y quiero intentarlo. Voy a ser el protagonista...

–Como no. –El castaño lo interrumpió, pero el otro decidió ignorarlo.

–...de una serie cuyos personajes principales son gays. No sólo es una gran oportunidad para mí, es una oportunidad de ver en televisión nacional una serie de una pareja gay en un instituto. Tú y yo sabemos lo necesario que es que los adolescentes vean que la homosexualidad es algo normal y no una enfermedad contagiosa. Si eso puede ayudar a un solo adolescente a comprender lo que siente y a ser abiertamente él mismo, habrá merecido la pena.

–Sí, claro. Blaine el altruista... ¿De verdad quieres que me crea que lo haces para inspirar a los adolescentes? –Hummel lo miró con la ceja alzada.

–No me importa lo que creas. Soy yo el que toma las decisiones de lo que hacer con mi carrera. No tengo que darte explicaciones desde que decidiste que nuestra relación estaba terminada. –Anderson no iba a ceder.

–Eres muy hipócrita. En una relación, las decisiones las toman dos. –Kurt lo miró con odio. Su ex se preguntó cómo habían podido llegar hasta ese punto.

–Yo nunca te pediría que renunciaras a una oportunidad en tu carrera. Te animé a que vinieras a Nueva York porque era lo que debías hacer incluso si me mataba por dentro. Te animé a que fueras a actuar a otra ciudad para que pudieras mostrar tu talento. Nunca te he dicho que no hagas algo, sin embargo, tú si me lo has dicho. –Blaine explicó.

–Ninguna de mis oportunidades supone que pasemos separados tanto tiempo. –El castaño insistió.

–Tú ahora no estás trabajando en Broadway y ya ha pasado la época de castings. Podrías venir conmigo e ir a audiciones allí y volar aquí cuando tengas algún casting para teatro. No te pido que renuncies a tus sueños, pero te pido que no me obligues a mí a renunciar a los míos. –El moreno pidió, un último intento de que todo volviera a ser como antes.

–Lo siento, pero la única manera de demostrarme que me amas, es renunciando a la serie... Si es que acaba siendo producida, tal vez nunca llegue a ser emitida. –Hummel se volvió, sin darle opción a responder.

Anderson tenía claro que no renunciaría a la serie. Había muchas opciones para poder seguir con esa relación, pero a su ex no le interesaba. No iba a dejar de hacer algo que le podía ayudar a realizar sus sueños... Que tal vez no eran Broadway, al fin y al cabo. Era cierto que había disfrutado en esos escenarios, pero tal vez otras cosas le llenarían más. Hasta que no las probara, no estaba seguro de que le gustaban o no. No iba a cerrar su mente a una sola posibilidad, tenía veintidós años y mucho tiempo para mejorar y decidir en qué centraría su carrera profesional.

Blaine suspiró aliviado mientras bajaba del escenario. Acababa de dar el discurso de despedida en la ceremonia de graduación y recogido su diploma, por lo que corrió en busca de su familia. Además de celebrar que por fin tenía su título universitario, había una noticia que quería contarles.

Era feliz. Tal vez esa era la única forma de definir como se sentía. Tal vez le faltaba la presencia de Kurt y tenía el corazón roto, pero estaba tan convencido de que había tomado la decisión correcta que no dolía tanto. Ya había llorado lo suficiente y en su futuro sólo había oportunidades que pensaba aprovechar.

Cooper y sus padres lo abrazaron nada más llegar a su lado y se dio cuenta de que no eran los únicos que estaban allí. Sonrió hacia Santana antes de abrazarla.

–Enhorabuena, Hobbit.

–¿Se lo has contado? –Él preguntó.

–No... Sé que tienen que oírlo de ti. Van a estar tan orgullosos... –Ella lo besó antes de separarse.

–He reservado mesa para cinco en un restaurante de comida tailandesa. –James explicó.

–Antes de ir... Tengo una noticia importante... ABC ha adquirido los derechos de Teenage Dream, vamos a rodar una temporada. Voy a salir en la televisión nacional.

Los gritos de emoción de Pam llamaron la atención de los asistentes, que los miraron sonriendo mientras ella abrazaba con fuerza a su hijo, orgullosa de todo lo que había conseguido. Después fueron el padre y el hermano los que lo abrazaron.

Algún compañero de clase sospechaba cuál era el motivo, por lo que se acercaron a darle la enhorabuena y desearle mucha suerte. Alguno además bromeó para que le ayudara a conseguir un papel secundario, pero sabía que no hablaban en serio.

Esos eran los últimos días de Blaine en Nueva York, pero creía que no echaría de menos la ciudad de los rascacielos. Los Angeles parecía el lugar perfecto para comenzar su nueva vida.

Superstar (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora