Revenge (JeongHoon) #KpopAwards2017

Xú Ming Hao

Jihoon se encontraba sentado en su caro sofá, viendo como en más de un noticiero enseñaban imágenes del ensangrentado cadáver de Seungcheol, mal-censurando sus partes íntimas.

La satisfacción que le daba saber que su venganza estaba saliendo como lo había planeado, era inexplicable. Nuevamente, hoy se cobraría una nueva víctima.

Xú MingHao, miembro chino del equipo de Junhui, había sido quien filmó el video donde le mostraban la forma en que asesinaban a su madre. Y, la autopsia de JeongHan, cuyos resultados señalaron que las balas en su cuerpo provenían de un Revólver LeMat 1856 (Un arma corta; como en las que MingHao se especializaba), revelaban que probablemente él había sido su verdugo.

Como cada uno de los integrantes de la mafia Lee, el chino tenía una doble vida. E irónicamente, MingHao trabajaba como conserje de una piscina pública; ¿por qué irónicamente? Él no sabía nadar...

Jihoon, durante su época de sicario, siempre le había comentado que algún día, si él llegaba a tropezar y caer a la piscina podría morir ahogado.

—Mejor cambia de trabajo, MingHao —solía repetir.

Oh, cuanto agradezco que seas tan testarudo, MingHao, pensó el rubio apagando la televisión.

Jihoon salió del garaje de su casa en su motocicleta, dirigiéndose a donde el chino trabajaba. El horario de cierre de la piscina había sido hacía diez minutos y MingHao se encontraba limpiando la suciedad que las personas habían dejado en el lugar.

El rubio detuvo su motocicleta y se encaminó a la entrada, el cerco estaba abierto debido a la presencia de MingHao en el lugar, pero un cartel de "Cerrado al público" delataba la condición del lugar.

—¿No vio el cartel? La piscina está cerrada —dijo MingHao, al oír pasos detrás de él.

—Lo sé perfectamente —respondió Jihoon.

El castaño se giró rápidamente al reconocer aquella voz. Jihoon estaba en su típica pose; manos en sus bolsillos y rostro inexpresivo. Aunque sus ojos oscuros, carentes de brillo alguno, denotaban total odio hacia su persona.

—¿Que rayos haces aquí, Jihoon? —espetó.

—Vengarme —respondió sin rodeos, acercándose lentamente al otro—. Por mi madre y JeongHan...

—¿Por qué sólo yo? —preguntó, caminando hacia atrás para alejarse.

—No te sientas especial, MingHao... ya me encargué de Seungcheol, Junhui, Seungkwan y Jisoo —respondió—. No eres el primero ni el ultimo de mi lista.

MingHao llevó sus manos a su espalda y sacó un arma de su pantalón, apuntando rápidamente en dirección al más bajo de los dos.

—Estás loco, Jihoon —negó—. Pero tienes agallas para enfrentarte a nosotros.

—Ya acabé con el gran Choi Seungcheol con mis propias. No temo al hecho de que me estés apuntando con un arma, flacucho —rio.

Jihoon siguió acercándose y MingHao le quitó el seguro, listo para disparar en contra del rubio. Pero antes de que pudiera hacer algo, Jihoon dio una patada arrebatándole el arma de las manos y lanzándola lejos.

Acto seguido, después de evitar y recibir varios golpes, logró reducir a MingHao en el suelo. Torciendo y atando sus brazos en su espalda con un precinto de seguridad, lo obligo a levantarse. Mientras el menor forcejeaba para zafarse, Jihoon lo empujo hasta el borde de la piscina.

—Es una lástima que seas tan testarudo, MingHao-ssi —dijo con falsa pena—. Aunque para mi son buenas noticias... te advertí que algún día morirías ahogado.

—N-no, Jihoon...

Antes de que el castaño pudiera seguir rogando, Jihoon lo empujó al agua, viendo como el delgado cuerpo de MingHao se agitaba frenéticamente en el agua, tratando de liberarse del precinto y salir a flote. Aunque no supiera nadar, tal vez eso le serviría para gritar por ayuda.

Poco más de cinco minutos pasaron cuando Jihoon al fin vio que el cuerpo de MingHao ya estaba quieto y comenzaba a flotar poco a poco. Una sonrisa se dibujó en su rostro y fue en busca del arma de su víctima para apropiarse de ella antes de salir.

—Van cinco... faltan seis.