Wen Junhui.

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—De acuerdo, nos encontraremos esta misma tarde...

Jihoon colgó la llamada con una sonrisa victoriosa y subió el volumen de la tele, en las noticias salía lo que él había causado: "Encuentran a joven acuchillado en el baño de una discoteca". Nadie sospechaba de él, no había dejado rastro alguno en aquel baño. 

Y si lo descubrían, ¿que importaba? Él estaba logrando su cometido. La venganza le venía saliendo de la mejor forma.

Esta vez, era el turno de Wen Junhui: miembro del segundo grupo de sicarios de la mafia. Aquel que había ayudado a secuestrar a su madre y, según los balbuceos de Jisoo, uno de los que había atentado contra Jeonghan.

Aún conservaba su teléfono, no tenía idea porque, pero ahora lo agradecía. Fingiendo tener que pedirle un favor (por el cual le iba a remunerar en grandes cantidades), decidió contactarse con él y poner un lugar de encuentro: cerca del muelle de la ciudad. En la zona de barcos cargueros.

A las cinco de la tarde, cuando ya nadie trabajaba en el lugar, fue la hora del encuentro.

—Junhui, ha pasado un tiempo —comentó el rubio, bajando de su motocicleta frente al chino.

—Jihoon, la última vez que te vi juraste no regresar al ambiente... ¿que te hizo contactarme de nuevo? —preguntó, recargado contra el maletero de su auto.

—Verás, seré breve ya que no me apetece hablar contigo —respondió con las manos guardadas en sus bolsillos y caminando de un lado a otro—: Hace un año, gracias a todos ustedes mi madre murió... Seungkwan y Jisoo la asesinaron. Tú y tu equipo los ayudaron, ¿recuerdas? Bien, quise matarlos... desde ese momento juré que acabaría con todos y cada uno de ustedes, pero Jeonghan y mi amor por él me lo impidieron. Ahora, una vez mas, gracias a tu equipo perdí a la segunda persona que mas amé en mi vida... y no hay nadie que me impida matarte —concluyó, deteniendo su caminar para mirarlo fijamente.

—A ver, a ver... déjame ver si entendí —pidió el mayor—. Tu mataste a Seungkwan y Joshua —el mas bajo alzó las cejas a modo de afirmación—. Ahora pretendes matarme a mi también.

—En efecto.

—¿Que te hace creer que podrás contra mi, enano? —rió con ironía— Trabajamos juntos durante años, conozco todos tus movimientos...

—¿Seguro, Junhui? 

Jihoon desvió la mirada con lentitud y miró por sobre el hombro del mayor, a la lejanía, como si hubiese un francotirador esperando a oír una orden para presionar el gatillo.

En un acto de estupidez, Junhui volteó a ver al lugar donde Jihoon miraba y que en realidad era la misma, dándole oportunidad al menor de atacarlo: con rápidos y precisos movimientos, Jihoon tomó la cabeza del mas alto y la golpeó contra el vidrio del carro. Dejándolo temporalmente inconsciente.

Con el chino tirado en el suelo y el lugar totalmente desierto, Jihoon regresó a su motocicleta para levantar el asiento y del pequeño compartimiento bajo él, extraer un par de sogas y pañuelos. 

Silbando con total naturalidad, se encargó de atar las extremidades del desmayado sujeto y amordazarlo antes de abrir el baúl del auto. Le tomó un poco mas del esfuerzo que hubiese querido meter el cuerpo del castaño en el baúl del auto, pero cuando lo logró se limpió las manos polvorientas y cerró la tapa del compartimiento.

Dando una vuelta, subió al toyota azul último modelo que el chino poseía y lo puso en marcha. Se alejó unos cuantos metros en línea recta y dio la vuelta encarando al final del muelle. Una sonrisa macabra se dibujó en su rostro, mientras se aferraba con fuerza al volante y hacía rechinar las ruedas del carro antes de comenzar a avanzar a toda velocidad; el final del muelle se acercaba cada vez mas en pocos segundos y Jihoon aumentaba la velocidad del auto am medida que el tiempo corría.

Cuando creyó que la distancia era prudente, soltó el acelerador y saltó fuera del auto importándole poco y nada si él se lastimaba en el proceso. Lo importante era que el auto ahora estaba hundiéndose lentamente en el mar, sin testigos o personas inocentes dentro del vehículo.

Debí traer vendas, pensó el rubio viéndose sus manos y rodillas ensangrentadas por la caída, o dejar la moto mas cerca.

—Van tres... faltan ocho.

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Buenas, ¿qué les va pareciendo la historia hasta ahora? Espero que les este gustando😂

¿Quién creen que será la próxima víctima? Yo tengo una lista armada, pero me gustaría ver si adivinan(?)

Revenge (JeongHoon) #KpopAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora