—El juego comienza...
Jihoon se miró al espejo del baño de su casa. Sus ojos apagados, su rostro delgado y aquella sonrisa enfermiza, se habían vuelto normales en él desde el fallecimiento de Jeonghan.
Hoy empezaría a cobrar venganza. Su primer objetivo: Boo Seungkwan.
Aquel tipo de grandes mejillas, sonrisa y apariencia amigable que era totalmente lo contrario a su realidad. Un jodido sicario, trabajador para la mafia Lee... una de las personas que tomaron la vida de su madre un año atrás.
Jihoon subió a su auto, y condujo hasta el hotel mas importante y caro del país. Un edificio para nada modesto, con decorado de oro en su interior y alta seguridad de la cual Jihoon sabía perfectamente como eludirla.
Sólo bastó entrar sigilosamente por la puerta de servicio, robar un uniforme, esconder su arma y tomar el carro con comida. La cocina estaba vacía a ese horario, todos estaban repartiendo los desayunos en las habitaciones de todos los estirados que se hospedaban allí.
—Buenos días —saludó, antes de entrar al elevador e ir hasta el décimo piso.
Solo dos personas subieron con él, ajenas a cualquier plan que el rubio tramara en su cabeza para su siguiente victima; porque sí, ya sabía perfectamente que hacer con aquel sicario y ahora planeaba la muerte de su cómplice.
Las puertas metálicas de la caja se abrieron y Jihoon empujó el carro con tranquilidad. Divisó la habitación doscientos cincuenta y seis al final del pasillo y sonrió espeluznantemente. Caminó con parsimonia hasta la puerta de madera oscura con los números dorados pegados en ella.
—Servicio a la habitación —anunció, después de cuatro firmes toquidos.
—Está abierto, puede pasar —respondió el sujeto desde adentro.
Jihoon se estiró y abrió la puerta; al empujar el carro metálico hasta el interior, se percató de que la habitación estaba vacía y que del baño salía vapor y ruido de agua estrellándose contra el suelo de la ducha.
En silencio sacó su arma y se escondió detrás de la puerta, esperando pacientemente que el tipo saliese de aquella habitación. Pasaron pocos minutos hasta que sucedió: con tan solo unos boxers cubriendo su cuerpo, Seungkwan abandonó el baño sin enterarse de la presencia del rubio en la habitación.
—¿Disfrutaste tu baño, Seungkwan-ssi? —preguntó, apoyando su arma en la espalda del mas joven, quien se volteó sorprendido pero no asustado.
—Jihoon hyung~ ha pasado un tiempo —rio, como si estuviese feliz de verlo. Luego bajó su mirada al arma que ahora apuntaba a su pecho—. Oh, vamos, ¿vienes a matarme? Al jefe no va a gustarle esto...
—Me importa una mierda lo que a tu jefe le guste —espetó, recargando el arma—. Mataste a mi madre, y ahora a mi prometido...
—Oh, no, no, no —rio caminando por la habitación con naturalidad—. Te equivocas, yo no maté a Jeonghan. Acabar con él no era parte de las ordenes que debía acatar...
—Dime quien fue —ordenó, sereno.
—No saldrá de mi boca, Jihoon, no voy a traicionar a todos como tú —rio.
—Yo no los traicioné —negó—. Renunciar no es traicionar...
—Si, si tienes un contrato —replicó—. Ahora, vas a matarme o tendremos que...
Antes de que el sicario lograra terminar aquella frase de manera burlona, Jihoon giró su cuerpo y levantó su pierna para darle una patada en la cabeza y dejarlo atontado en el suelo. Sin mas vueltas, dio tres disparos secos al pecho del sicario.
Seungkwan quedó tendido en el suelo mientras la alfombra se teñía de color carmín rodeando el cadáver del tipo. Jihoon lo observó con total desprecio, escondió su arma y salió de la habitación con el carro de servicio.
—Uno menos... faltan diez.
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Revenge (JeongHoon) #KpopAwards2017
FanfictionJeonghan murió. Jihoon juro vengar al amor de su vida. •Capítulos relativamente cortos. •Short Fic (13 capítulos) •Advertencia: Aquí encontrarás sangre, muertes, lenguaje vulgar. Si no te gusta esto, te recomiendo que te abstengas a leer.