Lee Chan.

398 120 50
                                    

Si quería matar a Seok Min, lo haría de todas las formas posibles. El mafioso había atacado donde más le dolía a Jihoon; había matado a su madre. Y él jugaría con una moneda similar; mataría a su hermano. Frente a sus propios ojos.

Lee Chan, tenía dieciocho años, estaba en su último año de secundaria. Tenía una vida normal, ajena a cualquier ámbito que su hermano mayor pudiera tener; Jihoon lo esperaba cerca de su colegio, a una distancia prudente, donde ya no había tantas personas para verlo.

—Nos vemos, hyung —sonrió el azabache, despidiéndose de su mejor amigo.

Comenzando a caminar, se colocó los auriculares y sujetó los tirantes de su mochila. Las personas comenzaron a disminuir a medida que se alejaba de la escuela y más de una vez se dio la vuelta al sentirse observado o perseguido, mas no vio a nadie.

Jihoon, era ese alguien. Cada vez que el menor se volteaba, éste se escondía detrás de algún árbol, muro o arbusto sin llegar a ser visto. Se mantuvo de esa manera hasta que divisó la camioneta que a JeongHan le había pertenecido aparcada donde él la habita dejado, y al notar que nadie más que ellos dos se encontraban allí aceleró el paso, sacó un pañuelo impregnado en cloroformo y lo presionó contra el rostro del menor.

Haciendo un esfuerzo mayor de los que a él le gustaba, arrastró su cuerpo hasta la camioneta y lo condujo hasta su casa; después de meter el carro al garaje, bajó a Chan para sentarlo y atarlo a una silla.

El adolescente aún seguía dormido, así que Jihoon, optó por lanzarle agua con un balde antes de darle un fuerte golpe en su rostro para despertarlo.

—¿Q-quién eres? —lloriqueó, al reaccionar completamente— ¿Dónde estoy?

—Yo, Chan, soy una persona a la que tu hermano le destrozó la vida —explicó—. Tu querido hermano Seokmin, es mafioso, tiene sicarios y guardaespaldas... él mando a matar a mi madre y a mi prometido. Yo solo estoy devolviéndole el favor.

—Déjeme ir por favor —suplicó—. Yo no tengo nada que ver con sus asuntos, por favor, no me haga daño.

—Ahora, le haremos una linda video-llamada, ¿te parece? —preguntó, ignorando las suplicas del menor de los Lee.

Rebuscando en su teléfono, encontró lo que quería "Seokminnie Hyung". Presionó el botón para iniciar una video-llamada y colocó el teléfono en forma vertical sobre una mesita, dejando ver perfectamente a Chan en la silla. Cuando Seokmin apareció en pantalla, la sonrisa que tenía dedicada a su hermano se borró en un segundo.

Hyuuung~ ayúdame por favor —sollozó el azabache.

—Hijo de puta, deja ir a mi hermano —bramó Seokmin—. Él no tiene nada que ver en todo esto.

—¡ME IMPORTA UNA MIERDA! —exclamó el mayor— Mataste a mi madre, a JeongHan... juré que iba a vengarme y eso estoy haciendo. Desafortunadamente para mí, tú no tienes madre, por lo que ahora es el turno de tu hermano.

Tomando la Colt Anaconda que tenía detrás de Chan, le quitó el seguro y la apoyó en su cabeza, oyendo como el más joven comenzaba a llorar desesperado.

—Hijo de puta, le tocas un pelo e iré a buscarte. Acabaré contigo, imbécil —Seok Min lucía furioso, incluso podía verse una pequeña vena sobresalir en su frente—. Prometo que voy a matarte con mis propias manos.

—Pues ven por mí, Seok Min... estoy en mi propia casa, si recuerdas donde vivo, ¿no? —sonrió—. Dime, ¿prefieres tomar un té o un café? Digo... así preparo las cosas.

Sin quitar la vista del teléfono, Jihoon disparó asesinando al hermano menor del mafioso. Quien soltó una maldición mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Te espero ansioso, Seok Min —dijo el mayor de los dos—. Veamos quien de los dos muere primero.

Con una sonrisa macabra, Jihoon terminó la llamada y miró al cadáver de Lee Chan.

—Van diez... sólo queda uno.

Revenge (JeongHoon) #KpopAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora