D2-Memorias de dos viejos hermanos

8 0 0
                                    


Capitulo XXI

Es de madrugada, deben ser las 2:30 o 3:00 no puedo dormir, algo me preocupa, al principio pensaba que era dante pero no, había algo diferente, Miguel no se veía tan convencido de volverse un asaltante solo por una mujer, algo no cuadraba, pero no importaba, mi herida aun no me dejaba descansar lo suficiente, era bastante molesto incluso en algunas ocasiones me daban ganas de vomitar por el dolor, era muy incomodo y era uno de esos momentos por lo que decidí levantarme y divagar como un fantasma por la casa con suerte de que nadie saliera a esas horas, los tablones de la casa me ayudarían a encontrar con base al sonido a la persona que se haya levantado. Camine un buen rato hasta bajar las escaleras y sentarme al lado de una ventana rota, hacia frio y la luna estaba pálida, siempre me a gustado admirar la luna, mas cuando esta así pero algo perturbo el silencio, una puerta se empezó a abrir lentamente en dirección hacia las escaleras, alguien estaba saliendo a estas horas. La pregunta era ¿Quién y para que?. Me escondí en la profunda oscuridad que resguardaba la cocina mientras observaba como la luna revelaba a mis presas; Eran Miguel y Michelle . Además estaban vestidos ¿Qué iban a hacer a las 3:00 de la madrugada? No habría insistido en descubrir que tramaban hasta que logre ver la silueta de un rifle de dos cañones levantándose sobre las manos de Miguel. Avanzaban con cautela hasta la puerta, Michelle iba delante guiando a miguel sobre sus pasos hasta que llego a la puerta y con sumo cuidado la abrió lentamente, salieron sin hacer ni un mínimo ruido. En el momento que cerraron la puerta me dirigí lo mas rápido posible hasta mi habitación para recoger mis armas y mi ropa, tenia que saber que iban a hacer afuera. Tome mi gabardina y entre la duda no sabia que tomar, si mi katana o mi revolver pero no encontraba mi revolver, por accidente pise mi katana, tomándola casi al instante, regrese a las escaleras y baje lo mas rápido posible haciendo un poco mas de ruido que ellos. No tarde en salir, por poco los pierdo de no ser que suelen ser muy ruidosos, pasaban por arbustos las mochilas que llevaban solían hacer ruido e iban por el camino que iluminaba la luna...Eran presa fácil, por suerte no los estaba casando. Miguel se veía nervioso, Michelle por el contrario, se veía bastante tranquila.

-Oye mich... ¿como se supone que vamos a hacer eso?-Su voz se escuchaba temblorosa, nerviosa.

-Tranquilo miguel, escúchame-Se detuvo enfrente de el, acariciándole las mejillas- Solo vamos a robarles, si nos descubren solo los amenazas y listo- se acerco lentamente para tranquilizarlo con un apasionado beso- tranquilo migue, confía en mi

Miguel se veía mas tranquilo pero aun así no dejaba de tomar con fuerza la escopeta. Estaba asustado.

Caminaron un buen rato. Yo por mi parte estaba débil y me costaba seguirles el paso de cerca, pero afortunadamente el gaje de ladrón te deja algunos haces bajo la manga. Como el sigilo y la suficiente concentración para aprovechar las oportunidades que el entorno te da. Solo dentro de mi deseaba que no saliera algún animal o algo por el estilo, no estaba en condiciones de pelear con una fiera a tan cortas distancias .
Hasta que se detuvieron detrás de unos arbustos, al lado de la carretera, cerca de ella había un terreno baldío... que al parecer no estaba tan baldío. Un poco al fondo del otro lado se veía unas ligeras luces. Casi inaudible Michelle entono unas palabras "Los tenemos" y dirigiéndole una mirada a miguel prosiguieron. Era como si fueran a hacer una travesura infantil. El problema es que ya no eran niños, por lo menos físicamente. Esperaba que tuvieran la habilidad suficiente para robar con cautela sin meterse en problemas con nadie, cuando vi que se levantaron e iban caminando en medio de la carretera sin siquiera observar sus alrededores y procurar no hacer ruido fue cuando caí en cuenta de que no iban a robar, iban a asaltar a esas personas. Pero no podía moverme como ellos así que me limite a ser un observador, a seguir sus pasos desde las sombras e intervenir en caso de que fuera necesario

D2-Memorias de dos viejos hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora