D2-Memorias de dos viejos hermanos

D2

¡Atento! ¡ahí viene corriendo! .Con la espada abajo y su torso sobresaliendo, formando una flecha con su cuerpo para terminar con un giro por su espalda con el cual desataría su primer ataque. Logre bloquear su primer ataque, seguía riéndose, trato de desviar mi hoja y al hacerlo dio un brinco hacia atrás. Su soberbia era tal que incluso bajaba la guardia frecuentemente. Era ágil y no tenia miedo de poner a prueba su velocidad. Tomaba su distancia aprovechando la seguridad de que no lo alcanzaría para burlarse de mi. Cosas como "¿Que esperas perra? ¿Soy demasiado para ti?" incluso llego a tirar el arma dos veces y tirarse en el suelo para revolcarse mientras seguía riéndose. Se regocijaba cuando me asustaba con falsos movimientos. No podía permitir que eso me hiciera perder aquel duelo. Sabia que si iba a tener una sola oportunidad seria. Al ver que no caía en sus provocaciones, su semblante cambio. Una cara de desprecio se formaba en el, sus labios empezaron a moverse mientras miraba el suelo
"Bien... Ya me aburriste"

Volvió a abalanzarse sobre mi, esta vez era en serio, con el sable en alto y rugiendo como un animal salvaje comenzó una lluvia de cortes sobre de mi, los cuales apenas podía bloquear. Esquivaba y seguía esquivando pero el no se detenía. Cuando estaba a punto de flaquear, se detuvo a tomar aire dando un salto hacia atrás. Estaba agotado, mis heridas ardían un poco en mi, era bastante molesto pero no tenia otra opción. Para antes de que me diera cuenta empezó a correr en mi dirección, con el sable en alto prosiguió con los ataques verticales . Mi hoja se empezaba a agrietar, pero yo nunca me había dado cuenta de lo maltratada que estaba después de todo lo ocurrido. Sus ataques cesaron y una vez mas volvió a atacar, pero seguía sin poder hacerme un rasguño, una vena le sobresalía de la frente. Logre ver donde estaba mi revolver, estaba tirado cerca de unos arbustos, casi podría asegurar que el arma brillaba con la luz de la noche. Un pequeño destello entre el camino de tierra acompañado de pastos y malas hierbas. Esa posiblemente era una señal, mi ultima oportunidad . Ambos sabíamos que esta seria la ultima ronda, la definitiva, el mas que nadie sabia que debía acabar conmigo lo mas rápido posible. Con un grito dio a conocer que todas sus fuerzas caerían sobre de mi. Bloquee algunos golpes y esquive otros moviéndome en la dirección donde se encontraba mi arma, pero al tropezar perdí mi equilibrio y con ello la fuerza que tenia sobre mi katana. No pude bloquear el ultimo golpe con la suficiente firmeza para mantener en una pieza mi katana, el sable golpeo la espada con tal fuerza que fragmentos del metal salieron disparados ante tal brutalidad. Mi corazón se estremeció al ver como el sable atravesaba mi espada y como se acercaba a mi cara. Cuando la hoja del sable había terminado con mi katana se dirigía a mi ojo derecho. Logre sentir como la fría hoja rajaba mi piel. Al intentar esquivar esto caí de espaldas arrodillado, gatee hacia mi revolver mientras el tipo recuperaba el aliento para comenzar a reírse poco después, su risa era ruidosa, llena de placer y locura. Seguía a gatas, tratando de alcanzar mi arma mientras el se revolcaba en su corta gloria. Se dirigía a mi como si el fuera un dios "¿Lo entiendes? ¡¿Por fin lo entiendes?! yo pertenezco a los mejores guerreros que jamas podrán existir en el Nuevo mundo. Tu, solo eres una herramienta mas para perfeccionar mi técnica y así lograr mi grandeza" 

lo había logrado, por fin había alcanzado el arma, la cubrí con mi gabardina mientras la sangre me tapaba el ojo derecho, pensé que estaba ciego pero esa era la menor de mis preocupaciones. Cuando por fin se relajo dijo: "Y ahora... ahora acabare contigo".
Desde las sombras alguien miraba, decepcionado dio la vuelta para seguir con su rumbo pero no podía evitar perderse de aquel combate efímero.
Lo miraba de reojo, debía ser rápido al momento de actuar. Levantaba el sable lentamente me pregunto

-¿Cuales son tus ultimas palabras?- Retomando una compostura mas tranquila y educada después de el cambio brusco y salvaje que tuvo 

Gire un poco la cabeza y solo pude sonreír y decir: