D2-Memorias de dos viejos hermanos

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Capitulo XXIV

Pasaron horas hasta que algo interesante sucediera. Una carroza bastante extraña movida por caballos extraños se acercaba a la casa. Estaba asustado. Karen dio la orden de que nos escondiéramos. Todas las armas de fuego desaparecieron junto con Miguel, Michelle y David.
Karen observaba desde una ventana cubierta por tablones. La volvía casi imperceptible, observaba sin hacer ningún movimiento, como si fuera una cazadora.

La carroza se detuvo enfrente de la casa. Todos estaban nerviosos por la abrupta llegada de esa carcasa metálica. En ese momento, recordé que aun quedaba un arma, mi rifle. Subí a mi habitación por el. Tenia unas 6 balas a lo mucho. Las demás las había gastado cazando animales pequeños. Ver el rifle y sus balas me habían aliviado, pero aun así me aterraba tener que usarlas y fallar. Los nervios me estaban matando. Pase al cuarto de David donde había una ventana que daba casi enfrente a donde la carroza. Seria muy difícil que fallara pero me preocupaba la mínima probabilidad de que eso pasara o que ellos tuvieran una verdadera arma de fuego y no esta basura.

La puerta del costado derecho se abrió, dando paso así a una figura familiar, bajo lentamente con portando consigo una escopeta de caza en una mano y una gabardina manchada por sangre en el brazo derecho . ¡Era David!. ¿Habrían secuestrado a mi hermano? No lo se, prepare el arma y espere a que los demás bajaran. En ese momento David grito.

-¡Chicos! ¡Salgan! ¡No tengan miedo!

Detrás de el, salió una figura alta y demacrada por la edad, un hombre ya mayor. Y por la parte delantera de la carroza salieron 3 individuos que parecían tener mi edad o ser un poco mayores, similares a mi hermano. Para antes de que me diera cuenta Karen ya había salido a dar la cara por el grupo.

-¿Quiénes son estas personas David?¡¿Dónde esta Miguel y Michelle?!

-¿Ellos? Son nuestra salvación... Y Sobre miguel y Michelle...
David soltó el rifle que alguna vez fue parte de uno de los matones de Ronie. Pero que ahora era parte de miguel. Estaba sucio, quedando empolvado al caer al suelo

Karen estaba asustada por lo que podía significar eso. Todos quedamos petrificados al ver la frialdad de David con la que hablaba y se expresaba.
-David... Por favor... no me digas que...

Antes de que Karen acabara David la interrumpió.

-Si... los mate.

Todos quedamos boquiabiertos ante tal respuesta. David estaba con la cabeza abajo. Pero en ese momento el hombre mayor hablo

-Este joven nos salvo la vida a mi y a mis estudiantes.

Karen salto llena de rabia hacia David dándole un puñetazo en la cara. Solté el rifle y baje corriendo lo mas rápido posible. Afortunadamente ya la estaban conteniendo liz y caro. David se veía mas fuerte de lo normal, el golpe que habia recibido lo habría dejado un buen rato en el suelo.
Karen no paraba de maldecirlo, culpaba a David de la muerte de la pareja.

Uno de los chicos se acerco para hablar
-¡Esperen! El intervino del ataque de unos saqueadores, de la pareja que ya mencionaron. Dejen que les explique.

Karen se había tranquilizado un poco pero aun así mostraba grandes signos de extrema cólera. Mire al joven que estaba hablando y decidí darle la palabra.

El forastero, David, llego en el mejor momento. Esa pareja de lunáticos planeaban robarnos e incluso matarnos. Era un hombre robusto, alto y una mujer delgada. La mujer estaba loca, casi mata a nuestro maestro Henryk.- Henryk mostro la herida de bala que este tenia en su pecho.

Caro estaba impresionada, pensaba que el hombre tenia una resistencia excepcional.
-¿Cómo puede seguir vivo? Esa herida es muy grande, habría llenado sus pulmones de sangre provocándole una muerte rápida aunque dolorosa.

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