Capitulo 1

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Eran las 11:14 am

Esa hora exacta. Recuerdo que cuándo era niña a esa hora era hacía un pan tostado poniéndole mantequilla y prendía el televisor para quedarme por largo rato.

Es la hora de mi trauma.

Mis padres supieron que al ser hija única sería un poco más responsable, es por eso que me dejaron una de las casa que tenían y así podría volver más independiente.

Me sentía más grande de lo normal, ya era alguien mayor, obtuve privilegios al ser la única hija y nieta de la familia ya que por lo regular en mi familia se acostumbraba a tener un solo hijo.

La casa parecía estar hecha de madera, me gusta, y por eso había traído mi reloj favorito el cual me regaló mi abuelo, lo colgué en la puerta principal para verlo siempre todo el tiempo.

A lado de donde colgué el reloj había una ventana, el cual sincronizaba con otra ventana, la de mi vecino. Se podía ver un niño en la ventana de mi vecino, el niño no era normal parecía desformado, al parecer había nacido así o tuvo un accidente, cuando lo sacaban de la casa corría o gritaba pero no podía hablar, jamás tuve curiosidad de saber que era lo que tenia, ya que era mejor estar callada a que meter en problemas con su madre, ya que nadie se acercaba a su casa por debidos problemas que tenían a diario, por una de estas razones mis padres no les gustaba venir.

Las veces que venía siempre estaba en esa ventana viéndome, como si quisiera algo de mí, pues a veces me enojaba al verlo que me miraba de esa manera tan penetrante, era un acosador así que cierro las cortinas al saber que me está mirando.

Su madre, llego a saludarme para que le agrade al ya vivir aquí pues como he dicho casi nunca veníamos y nunca tuvimos contacto con nadie hasta ahora, tenía un aspecto de señora de los 90's.

—Querida— me saludó la señora con un aliento a sardina pues parece que ha sido su único almuerzo del día —¿Qué tal señora?— con una voz extraña le contesté pues no me agradan mucho las visitas, vivo una vida muy ocupada —Te traigo un pequeño regalo, no lo traje antes porque casi no estás en casa— al fin se dió cuenta que tengo una vida que vivir pensando en eso —Si, tengo tiempo saturado— contesto de una manera algo molesta.

La señora se siente en el sillón marrón de mi sala, con una actitud de ya conocernos —Me alegro, ¿En qué trabajas cariño?— mi mente sabía que algo está pasando aquí.

Se acerco a la ventana donde su hijo me observaba —Te mira ¿cierto?— me dió miedo esa pregunta pues no se que pasará con mi respuesta
—¿Su hijo?— con nervios le contestó
—Si, es un niño amable, no tiene amigos es por eso que observa a las personas— no me cabe en duda que eso sea posible.

—A hora entiendo ¿No cree que está mal eso?— me mira raramente
—No cariño, tengo que irme, ten cuidado cariño— me lo dice de una manera burlona

El pay que me dio lo tiré, no me agradaba la idea que tal vez podría estar envenenado o podría tener algo más, así que me decidí en tirarlo.

Era parecida a una señora elegante, pero de los 90's no sé en qué podría estar pensando esa mujer en venir a saludarme y hablar sobre su hijo.

Sin Iris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora