Sin Iris

Capítulo 8

"Cariño enamórate y no importa lo lejos que estemos pero algún día tu alma se entrelezará con la mía"

Escucho mi teléfono sonar probablemente sea el investigador privado que contraté para saber sobre la desaparición de Mike, al fin podré estar cerca de este gran misterio, siento como una parte de mi se libera.

—Buenos días— es lo que escucho al levantar el teléfono —Tenemos a la persona indicada para resolver este caso, pero usted sabe que tiene ciertos costos— se que en este momento no tengo el dinero suficiente para pagar esto, pero mi locura me está llevando a esto —Sí lo comprendo, ¿Cuando haré el depósito?— es lo primero en lo que pensé de donde sacaría tanto dinero, lo que pienso hacer es ir al banco a pedir un préstamo, con el tiempo podría de volver ese dinero pues ya acabaría este problema.

He apagado mi celular y cualquiera manera de comunicación, no quiero que mi madre sepa que estoy de nuevo aquí, podría volverse loca o creería que yo lo estoy por estar tan obsesionada a la verdad, cuándo era pequeña era una niña normal jugando con niños y niñas, tal vez a hora se pregunta que hizo mal pero cuando estás al borde de la locura olvidas aquellos conocimientos que creíste que nunca los olvidarias.

Me doy una ducha, saliendo, fui hacia la ventana para ver si el niño estaba ahí, parece que no, tendré que comprar equipo de vigilancia, tengo que mantener me salvó (tal vez debería cuidarme de mi misma).

Bajando las escaleras sentí una mirada que no sabía de donde venía, tengo tanto miedo que ya no sé que es a lo que le temo si es a mí pensamiento o al niño, tengo tanto miedo cómo cuándo eres pequeño y te separas de tu mamá, no tienes miedo por tu vida sino por no volver a verla y regresar a casa.

Salgo de casa, veo la carretera y recuerdo cada detalle del ataque, volteó en dirección a casa del niño veo que su madre se estaba fumando un cigarrillo, noto que se quiere acercar hacia mí, reaccione, empiezo a correr tan rápido que no podía respirar bien, llegando a la avenida pido un taxi —Lleveme al banco más cercano— con voz muy agitada —Por supuesto señorita— me dice el conductor, por un momento creí que se acercaría mi muerte, no se qué tan capaces son de hacerme algo, su hijo ya casi me mata ahora no se que podría hacerme esa señora, en el taxi me controló un poco.

Entró al banco —Buenos días— me dice la cajera —Buenos días, necesito un préstamo— le digo a la cajera —Sí por supuesto anoté aquí la cantidad, más aceptar las condiciones— mientras relleno la hoja, sentí como una mano tocó mi espalda lentamente que me hizo voltear brusco, me asusté tanto que casi pego un grito, realmente tengo miedo —Aquí está la hoja señorita— le digo a la cajera —Gracias en un momento le daremos su préstamo— me senté en la sala de espera para tranquilizarme y esperar mi préstamo listo.

—Señorita su préstamo está listo— me dijo la cajera, estaba temblando de tantos sustos que he tenido hoy en día, decido en ir a comprar algunas cámaras de vigilancia, debo tener a hora más que nunca protección.

Prendí mi teléfono, marcó al número del detective —¿Tengo listo el dinero? ¿El pagó será en efectivo o depósito?— pregunto al detective
—En efectivo ¿Donde podríamos vernos?— me pregunta el detective.  —¿Qué le parece en la plaza? Donde están los restaurantes— me dice que está de acuerdo conmigo, tal vez esta vez ya esté más cerca sobre este misterio, no puedo esperar a que esto acabé.

Veo al detective con sus características y me acerco a él, le doy el sobre con el dinero discretamente para que nadie pudiera notarlo, —¿Y cuándo iniciará la investigación?— le digo al detective —El día de hoy iniciará, sólo necesito unos cuantos datos para iniciar— me da una hoja para que anoté mi dirección, el caso, la persona y tiempo, no sé muy bien ciertas cosas pero di algunos ejemplos,    —¿Está de acuerdo que tendré que acercarme a su comunidad para monitorear a su vecina?— lo afirmó con la cabeza, se que esto es peligroso, pero realmente quiero saber la verdad.

—Mañana iré a su localidad para darle las primeras pistas que tengo para usted— me dice el detective levantándose de la mesa, se retira, por un momento no se que hacer o qué decir así que tome un taxi para regresar a mi supuesto hogar tengo miedo de que la señora siga esperando a que llegué, aún así iré.

Llegando a casa veo que todo está normal, tan tranquilo así que decido sentarme un momento en el sillón pero tanto estrés me está haciendo quedarme dormida...