D R A C O [VII]

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Draco Malfoy.
Advertencia: -

-¡Vamos, Draco! -Exclamó Blaise saliendo de las tres escobas. -Ya no quedaran buenos dulces en Honeydukes.

El chico de cabello rubio miró de reojo a la chica que se encontraba en una mesa alejada de todos con dos cervezas. Esta se veía algo aburrida y jugaba con las gotas que caían de su gran vaso. -Iré más tarde, necesito solucionar algo. Cómprame algo, luego te daré el dinero -Cuando este asintió, el más joven de los Malfoy se dirigió con prisa hasta la mesa en donde la chica se encontraba.

-Hola -Dijo pero ella sólo frunció el ceño.

-Tarde, Draco.

-Lo siento, los chicos no querían irse. Realmente lo siento, Cléia -Trató de tomar su mano, que se encontraba apoyada en la mesa, pero esta la quitó rápidamente y bebió de su cerveza, quedando algo de espuma arriba de sus labios. Draco no pudo contenerse, por lo que comenzó a reír y aunque Cléia trató de parecer dura, terminó cediendo y riendo a su par mientras quitaba los restos de la bebida de su rostro.

-Está bien, Draco -Sonrió. -Te extrañé esta semana. Te ves bastante cansado, cariño.

-Estuve muy ocupado con un tema familiar, luego te contaré. Ahora quiero pasar tiempo contigo.

Sí. Draco y Cléia llevaban saliendo cinco meses, pero él le había pedido, con mucho dolor, mantener su relación lo más discreta posible durante un tiempo. No era porque él tuviera vergüenza de salir con una Gryffindor, sino que no quería meterla en sus asuntos. Asuntos que tenían que ver con ser mortífago, asuntos de los cuales ella no tenía ni la menor idea. Algo que lo hacía sentirse mal, muy mal.

Se pasaron la siguiente hora hablando y bebiendo mientras se acariciaban las manos y sonreían. Aquellos pequeños momentos eran los mejores para ambos, no sólo porque se veían poco, sino porque actuaban como una pareja normal, como dos personas comunes que se querían. Y aunque estaban disfrutando aquello al máximo, él no podía dejar de pensar en que todo sería mejor si ella conociera a una persona mejor. Se sentía culpable y no podría perdonarse jamás si algo le pasaba a Cléia por su culpa. Jamás.

Cuando se despidieron, se besaron cortamente y él se dirigió a buscar sus amigos, y ella a los carruajes.

Al día siguiente quedaron en verse en la torre de astronomía luego de clases, pero Draco nunca llegó. Cléia se quedó esperando una hora, dos horas, hasta tres y cuando no soportó más las lágrimas, se fue de allí hasta su habitación.

"-Tal vez sólo lo olvidó -" Le dijo Hermione mientras la abrazaba y trataba de consolarla con frases que ni ella se creía. Pero no, Draco no lo había olvidado. Sólo no fue, sólo se arrepintió y se encerró en su habitación todo el día.

Harry Potter || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora