Harry Potter || One Shots

S I R I U S [VI]

Advertencia: smut.

Pasó su áspera mano por la cintura ajena y apretó la zona lentamente, provocando un gemido ronco en Luzbel, que se sorprendía de ella misma. La verdad era que nunca había tenido la necesidad de gemir por placer, nunca había hecho algo así y ni siquiera sabía cómo había terminado encima de Sirius Black.

—Luz... Luz —La voz del pelinegro la hizo volver a la tierra de su nube de pensamientos. Sus mejillas se pusieron bordó cuando le vio sonreír, reírse de ella.

Qué vergüenza. Gritó en su mente. ¡Me quedé tildada! ¡Tildada! ¡Tildada y encima de un chico! Por Merlín, ¡Qué horror, Luzbel!

Luego de desear tener un botón de autodestrucción dentro suyo, y de que Sirius dejase de sentir ternura por ella, volvieron a ser conscientes de lo que estaba pasando realmente, de que ella estaba en sus piernas.

—¿Puedo? —Tiró, delicadamente, la camisa de su contaría. Sin aire en sus pulmones y lamiendo sus labios de manera inconsciente asintió, siguiendo con sus ojos cada movimiento. Apretó sus labios ni bien sintió el tacto en su piel, no quería sonreír pero la vergüenza era más fuerte que ella.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Luzbel al sentir el aire en sus senos descubiertos, y es que para la suerte de Sirius, ella no usaba sostén. Sintió un agradable cosquilleo en su parte baja cuando sus pezones se tornaron duros, y más aún cuando el pelinegro se removió debajo de ella, mostrándole lo excitado que estaba cuando su clara erección chocó con sus nalgas.

Ninguno dijo nada, no hacían falta palabras, y aunque la joven era nueva en disfrutar su sexualidad con alguien más, tenía una idea de qué hacer.

Verlo con los ojos cerrados y mordiendo su labio inferior hizo que algo en ella se prenda aún más y llevó sus manos a su pecho, y comenzó a moverse lentamente mientras él acompañaba sus movimientos al compás, dando pequeñas embestidas conforme los gemidos y la excitación aumentaban.

Fue música para sus oídos escuchar su nombre salir de sus finos labios, y le fue inevitable no correr el ondulado cabello de su cuello para comenzar a besar aquella zona cubierta de una fina capa de sudor. Nunca se había sentido así, tan atrevida, pero necesitaba más, más que eso, más de él. Lo necesitaba y él a ella.

En un movimiento rápido por parte de Sirius, quedó bajo su cuerpo.

—Mírate, Lehnsherr —Besó sus labios cortamente para luego alejarse y admirarla mejor —Estás increíble.

Soltó una risa haciéndolo sonreír. Qué sonrisa, Merlín. Ni le importaba que la metan en la lista de las mujeres que "mueren" por Sirius, ni le importaba tener su primera vez con él sabiendo que probablemente nada pase luego de ello. ¡Joder, iba a tener mi primera vez!

Comenzó un camino de besos hasta su zona íntima, donde siguió besando a pesar de la ropa interior para luego correrla con sus manos.

Era una sensación tan única y nueva, hasta adictiva el sentir su lengua recorriendo sus labios, devorándola para luego subir a su boca y besarla con pasión, haciendo que Luzbel se pruebe a sí misma. Ya estaba totalmente mojada, y dolía. Quería tenerlo dentro, quería sentirlo.

—Canuto...ya —Medió metiendo su mano entre su cabellos, acercándolo a su rostro para basarnos nuevamente. —Te necesito —Finalizó. No pasaron ni diez segundos cuando él ya estaba con su miembro fuera, llevándolo a su zona, rozándolo lentamente, secándole varios gemidos.

Un grito agudo se escuchó cuando finamente sus cuerpos se hicieron uno. Dolió, sí. Y mucho. Sirius paró en seco, preocupado y apoyó sus brazos a los costados de la joven, que tenía los ojos llorosos.

—¿Estás bien, Luz? —Asintió respirando hondo, acostumbrándose al gran miembro dentro suyo.

Luego de unos pocos minutos llenos de besos y palabras bonitas de su parte, ya se estaban moviendo al compás, gimiendo el nombre del otro una y otra vez, deseando cada vez más.

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Intenté arreglarlo lo más que pude sin cambiar completamente lo que escribí en ese entonces. Claramente no había tenido mi primera vez, por lo que me disculpo por estO. Besi