D R A C O [I]

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Advertencia: Lenguaje fuerte.

La aguda voz de Pansy creaba un efecto jaqueca en Ámbar. Había pasado todo el día hablando de Draco Malfoy; el chico al cual ella describía como novio, nada más alejado de la realidad.

—Es que tú no entiendes, claro que no —Las palabras salieron en tono humorístico, y le dedicó una mirada de falsa lástima, sintiéndose superior. Por otra parte, Ámbar la miraba confundida, sólo quería entender la rebelión de duendes y terminar su tarea, no deseaba ser interrumpida por ella, menos por aquel tema tan insignificante. —Es tan lindo como su nariz se torna roja con el frío, o cuando despeina su cabello para sacarse la nieve que cae sobr-

—¡Ya cállate, Pansy! —No pudo evitar gritarle a su hermana y que su rostro se transforme en un rojo tomate. Pansy no dijo ni hizo nada, sólo arqueó una de sus finas cejas. —Ve a hablar con tus amigos, no lo sé, pero déjame estudiar en paz, por favor.

—Por lo menos yo tengo amigos...y el cariño de padre —Lo siguiente que Ámbar supo fue que sus libros estaban esparcidos por el suelo y que sus mejillas estaban mojadas. El pecho le dolía. Apretó su suéter con ambas manos, preguntándose por qué, por qué no era como su "perfecta" melliza, por qué no amaba las artes oscuras.

Nunca le había ido fácil en la familia; ella siempre fue primero, siempre fue la que recibía las mejores cosas, el amor de su padre, las cartas semanales que terminan con un "estoy orgulloso de ti" y que luego ella se lo presuma por un largo tiempo. Y así ha sido siempre, no le culpaba, Ámbar tenía tan poco amor propio que incluso justificaba la falta de amor paterna.

Tardó unos minutos en recuperarse, y luego refrescar su rostro y atar su cabello en una alta cola de caballo, salió de su habitación; necesitaba aire fresco. Conforme sus pasos avanzaban se preguntaba si alguien notaría su rostro y ojos rojos, pero para su suerte casi nadie estaba en la sala común, por ende pasó desapercibida.

Las mazmorras estaban tan frías que no dejó de tiritar hasta que llegó al patio del reloj y se sentó en una de las columnas en las que el sol predominaba. Miró a su alrededor, parecía como si la escuela estuviese vacía ¿Y cómo no? Nadie salía de sus habitaciones los domingos a las 18:30. Pero aquello alivió a Ámbar; estar sola era de las mejores cosas porque no había nadie allí que la juzgue o mire raro por ser la "Parkinson defectuosa"

Volteó rápidamente cuando escuchó pasos detrás suyo; era Draco escapando de Pansy, que no paraba de rogarle.

Finalmente, ella logró alcanzarlo y se abrazó a él de tal manera que Ámbar no pudo evitar mirar con algo de asco y pena la situación, pero su rostro cambió cuando él dirigió su mirada suplicante hacia ella unos segundos y luego volvió a tratar de ...

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Finalmente, ella logró alcanzarlo y se abrazó a él de tal manera que Ámbar no pudo evitar mirar con algo de asco y pena la situación, pero su rostro cambió cuando él dirigió su mirada suplicante hacia ella unos segundos y luego volvió a tratar de escapar de las garras de su melliza. El rostro pálido de Draco mostraba tanta pena y vergüenza que tuvo que intervenir sin siquiera pensarlo.

—¡Pansy! —La llamó mientras me ponía de pie y pensaba rápidamente alguna excusa para que Draco pueda huir. Mi hermana volteó a verme con el ceño fruncido sin dejar de abrazar al rubio.

Harry Potter || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora