T O M [XXIII]

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Advertencia: Sorpresa sorpresa.

Eran lo único que tenían, no había más que ellos dos, y lo sabían, sabían que no debían confiar en los demás, eran ellos dos contra el mundo.

Eran idénticos, no sólo físicamente, sino que compartían los mismos pensamientos. Serían exactamente iguales de no ser porque Dominique era la parte sensible que a Tom le faltaba. Aunque a pesar de aquello, era tan temida y respetada como él. ¿Y cómo no? Cosas malas pasaban cuando ellos se unían, pero nunca nadie dijo nada, tenían miedo, aquellos mellizos causaban terror. Siempre fueron los mejores en todo y todos lo sabían. Y a pesar de ser mestizos y ser criados en un sucio orfanato, eran mejores que cualquiera.

Pero en aquel momento, aquella hermandad tan unida se estaba derrumbando de a poco. Los gritos se escuchaban hasta la sala común, donde todos estaban mirándose unos con los otros, preguntándose qué estaría pasando. Sin embargo nadie dijo nada, ni siquiera la prefecta trató de intervenir al escuchar algo más que voces. No era común escucharlos pelear, y que aquella disputa llegue a ellos les causaba terror. Por otro lado, Dominique tiraba todo a su alrededor tratando de no tomar su varita y dañar a su compañero de vida, de no lastimarle como le gustaría en aquel instante.

—Estás siendo estúpida —Dijo más calmado que antes, mirando a su hermana con las manos en los bolsillos. Aquella actitud hizo que Dominique tome el primer libro que encontró en el escritorio y se lo arrojó directo al rostro, fallando en el intento a causa de un protego.

—¡Tú estás siendo estúpido! —Y cuando le gritó, Tom la tomó el brazo con una fuerza descomunal y la acercó a él, para mirarla directo a los ojos. Nadie le gritaba ni mucho menos le llamaba estúpido, y a pesar de ser su hermana, no la soltó cuando esta gimió de dolor.

—¡No vuelvas a gritarme, inservible! —Escupió las palabras con furia, de tal manera que la vena de su rojizo rostro sobresalió de su piel mientras su hermana lloraba como nunca. Sus ojos eran oscuros como la noche y para ese entonces no distinguía que lo que hacía estaba mal. Y aún así, ella no podía dañarle.

—Suéltame, Tom —Lloriqueó colocando una de sus manos en su pecho, tratando de alejarlo. Lo que funcionó a medias, porque no se alejó sino que la soltó. Se sentía culpable. Sí sentía, por ella lo hacía. Había dañado a la persona que más amaba, que había estado con él desde el primer respiro, pero no se disculpó, y ella le miró firme tratando de no romper en llanto nuevamente. Se sentía inmundamente débil en ese momento, y no supo por qué, pero algo dentro suyo no le dejaba ser igual de bestia que él.

—Si digo que no irás con Abraxas al baile, no irás —Dominique sólo se sentó en la cama, respirando hondo y sacando sus lágrimas para no parecer todavía menos. Sólo él la hacía sentir de aquella manera, y sólo ella le hacía sentir a él.

Se agachó quedando frente a frente y tomó su brazo dañado y lo acarició mirándola a los ojos, disfrutando de tocar su suave piel con sus grandes manos.

—Sabes que quiero lo mejor para ti, hermana —Y sin más, salió de allí, encerrándose su habitación para pensar. A penas la puerta se cerró, Dominique rompió en llanto nuevamente, sintiéndose incluso peor.

Y para la hora de la cena, ni Tom ni sus seguidores vieron a la chica. Si bien le preguntaron, optó por no responder y seguir comiendo como si nada, como si aquella culpa no estuviera ahí.

...

El baile ya había empezado y todos estaban disfrutando de aquello; había buena música, comida y bebidas de todo tipo. Tom causaba miedo, sí, pero a las mujeres parecía atraerles aquel comportamiento, algo que nadie podía comprender, ni siquiera él. Pero para su suerte, su cara de pocos amigos había sido suficiente para evitar a todo aquel que quiera acercársele. Tampoco podía comprender que sus "amigos" se rieran de todo, no lo hizo hasta que vio como uno de ellos tenía una petaca de whisky de fuego en sus ropas, y cuando le invitaron ni fue necesario hablar porque su rostro lo decía todo.

Harry Potter || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora