Traición [1] [Sin Editar]

12

Leah

Aun me sentía enojada por lo que había dicho aquella tipa. Pero de todas las estupideces que había dicho, hubo algo que me llamo la atención.

<< no va aguantar ni dos horas en la época de celo cuando ya esté partida en dos...>>

¿qué era la época de celo?

Espere a que la persona de mi lado me respondiera, ya que después de formular la pregunta, todos en el comedor se fueron.

— ¿Realmente quieres saber? — pregunto mientras se dirigía hacia la gran ventana con vista al bosque o eso creía hasta que me acerque.

A la vista se podía ver, una pequeña población. Parecía como aldea, con pocas personas transitando ya que era de noche.

— Si.

— La época de celo es una vez al año, justo después de la primavera. Solo son tres días seguidos... — pausó — es cuando tu lobo toma el control más de lo normal, tus instintos son más animales que humanos, por lo tanto en esa época, el lobo necesita mas de su hembra y sacia sus necesidades.

— ¿Cómo? — pregunte incrédula.

— Teniendo relaciones.

Admito que pensé lo peor, mi rostro debería ser un total poema.

— ¿Qué?.

— No de la forma en la que estas pensando — repuso rápido — humanas, relaciones humanas.

— Ni una mierda — negué nerviosa — no pienso tener ningún tipo de relación contigo, ni siquiera como amigos mucho menos tendré sexo contigo.

— No te estoy preguntando — tomo mi brazo un tanto brusco — ya he esperado mucho por ti, he pasado muchos años para pasar esta temporada contigo y no voy a llevarla cabo solo porque tu no quieres.

El miedo se instaló en todo mi cuerpo, mi corazón empezó a latir como loco, la respiración se tornó más pesada, él no podía estar hablando enserio....

— Además de que es la época perfecta para procrear — sonrió con picardía — el momento perfecto para un cachorro — empezó a dar besos desde mi cuello hasta llegar a mi oído y susurrar — me muero por estar dentro de ti... — lo dijo lento con la voz ronca, a este punto ambos estábamos muy ser a del otro, que no le costó nada chocar su sexo con el mío.

Avergonzada por tal sensación intenté alejarme de él, por lo que obtuve una risa burlona de él. Un poco de forcejeo más y me soltó. Mi respiración era acelerada, sentía mi rostro arder.

— ¡¿Estas loco?! — chille avergonzada — ¡no lo vuelvas hacer!; además, tu no puedes estar hablando de tener un...¿cachorro? ¡por Dios! — dije esterica — no puedes estar hablando enserio.

— Yo jamás tomaría este tema a juego — de pronto su rostro perdió su risa burlona — habló muy enserio.

Sentí como mi mundo se posaba sobre mi espalda.

Esto sólo me podía estar pasando a mi....