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Ethan

Mis patas corrían a gran velocidad por todo el bosque, con la necesidad de poder sacar de mi mente aquella sensación, aquella mirada de mi mate.

Miedo.

Era lo que ella sentía por mi. Haciendo que me odiara a mi mismo, por no poder controlar a Dan aquella noche. La rabia se desato y empecé a destrozar todo a mi paso.

Ella nos tiene miedo...inclusive odio...— escuche la voz de Dan.

— ¡CALLATE! — gruñi — tu tienes la culpa...

Pero quien lo diríadijo burlón — el gran Alpha Ethan teniendo remordimientos, además no puedes culparme solo a mi por tomar lo que es nuestro, deberías agradecerme.

De que mierda hablas.

De haber hecho lo que tu no fuiste capaz —  pausó — tomar en cuerpo a nuestra mate. O me vas a negar que no lo disfrutaste.

Cerré el link, no quería seguir escuchándolo.




(...)


El silencio en el lugar era de cierto modo perturbador, hacia más de un mes que la casa no tenia tal silencio, no desde que ella llego.

El ruido de unos tacones hicieron que dirigiera mi vista hasta las escaleras donde Melissa bajaba. Sus ojos se encontraron con los mios y pude ver radiar el enojo en ellos.

— Fuiste un completo idiota Dan — mascullo entre dientes.

Comprendí que el enojo no era hacia mi perdona sino que a las acciones de Dan, mi lobo. Sentí como Dan soltaba una carcajada y entablaba un link con la loba de mi hermana.

— ¿De qué hablas lena? — pregunto Dan con burla.

Sabes muy bien de lo que hablo — respondió Lena — ¡como fuiste capaz de hacerlo eso a tu mate!.

Tome lo que es miodijo con desden — es algo que a ti no te incumbe...

— ¡Pero no por eso la tenias que violar! — gruño.

— ¡ESO NO TE IMPORTA! — sentí como Dan empezaba a perder el control.

— ¡¿QUÉ NO ENTIENDES?! ¡SOLO ÉSTAS LOGRANDO QUE ELLA TE ODIE!...


Mis manos se hicieron puño, la respiración empezó hacer irregular mientras luchaba internamente de que Dan no tomara el control. Los ojos de Melissa  poco a poco empezaron a perder aquel color dorado, su loba le estaba devolviendo el control. Sin embargo no era mi caso.

Luchaba internamente por no dejar a Dan el control, respire hondo hasta que logre calmarme.

— Se que no has sido tu — sentí como sus manos tomaban mi rostro — y que si hubiera estado en tus manos jamás hubieras hecho tal cosa.

— Es mi culpa Mel...

— No — sus ojos me miraban fijamente — sabes perfectamente que no es así.

— Ella me odia ¿verdad?.

— No lo se — susurro — pero si esta herida, quizá rota.

Traición [1]  [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora