10

21.6K 1.6K 67
                                    


Leah

- ¡¿Qué?! - mi cara debía ser todo un poema.

- Cuando tu rompes el vínculo con tu compañero caes en depresión, que con el tiempo se va deteriorando tu vida, hasta llegar a la muerte, por eso no es recomendable romper el vínculo, además de que tu eres humana y no sabemos que tan fuerte puede ser para ti.

- Dios mío... - pequeñas punzadas sentí en mi cabeza - ¿vínculo? .

- Dé divide en tres etapas - tomó aire - La primera consta en cuando el te reclama como suya, después te tiene que marcar y una vez que este la marca deben cerrar con... - sus mejillas se tornaron de rojo

- ¿Con qué? - pregunté temerosa.

- Sexo - una voz gruesa retumba por el cuarto - cuando tengamos sexo.

Sentí como mi corazón latía muy rápido, yo no estaba dispuesta ha hacer eso con él.

- ¡¿Estas loco?! - me pare de la cama de un brinco - yo no voy....agh - sentí como mis mejillas tomaban color.

Si risa fue lo único que se escuchó. Debo admitir que tenía una risa única.

- ¡Ethan - la voz de Melissa retumba callando la risa de su hermano.

- Bajemos a cenar - dicho esto salió de la habitación.

- Maldito bipolar - murmuré.

- Te acostumbras con el tiempo.

- ¿Qué? - pregunte avergonzada de que me allá escuchado.

- Ser hombre/mujer lobo tiene sus ventajas - dijo - tenemos mejor desarrollado los sentidos.

- ¿Es enserio? - pregunte incrédula.

- Si - afirmo - es mejor que bajemos a cenar, a Ethan no le gusta esperar.

Salimos de la habitación, seguí a Melissa por un largo pasillo, para después bajar por unas amplias escaleras y enseguida pasar a un gran comedor. La casa era grande, muy bien cuidada y diseñada. Simplemente una casa de sueño, mejor dicho mansión.

Ethan se encontraba en la cabecera de la mesa, a su lado izquierda un chico moreno de cabello castaño y lindas facciones, de lado derecho pero a tres asientos estaba un chico morocho pero de cabellera negra.

Los tres nos miraban. He de admitir que me sentí incomoda.

- Tomen asiento - la voz gruesa de Ethan me pillo por sorpresa.

Melissa se fue a sentar a lado del chico de cabello negro, quien la recibió con un beso. Se escucho un pequeño gruñido. Todos los ojos fueron dirigidos hacia mi persona, avergonzada me senté en la silla que estaba en el extremo de la izquierda.

- Ahí no - dijo Ethan.

- ¿Entonces donde? - pregunte.

- Tu lugar es a mi lado - señaló con la quijada la silla a lado derecho.

Evite rodar los ojos, un poco insegura fui hasta donde señaló.

Una vez que tomé asiento, entro una señora ya mayor seguida de dos muchachas como de mi edad. Las tres fueron sirviendo la comida seguido de una reverencia.

¿Eramos de la realeza o que?.

Cuando todos teníamos la cena ya servida empezamos a comer. La sala estaba en silencio sepulcral, ha tal grado que sólo se escuchaban los utensilios al ser usados.

La puerta principal fue abierta escandalosamente seguida de un grito.

- ¡Ethan, amor ya llegué! - apareció por la sala una chica de cabello negro, un cuerpo de infarto, ojos azules y delicadas facciones, venía vestida como una gran zorra.

Su mirada recorrió a cada uno de los que estábamos en la mesa y se detuvo en Ethan.

- Amorsito - chillo - ¿pero quien es esa perra que ocupa mi lugar en la mesa? - escupió con asco.

- Más respetó Yoselin - siseo con rabia Ethan - que ella es tu Luna.

Su rostro fue épico.

Traición [1]  [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora