Nota 2

357 50 29
                                    

Escrita con lapicera bic en una hoja de cuaderno Gloria. La encontré apenas sonó la alarma encima de mi celular, en la mesita de luz.

Odio tener que irme temprano y en silencio como si fuera un ladrón. Mientras escribo te veo dormir y pienso que quizá lo sea. Me gusta robarte besos, caricias, abrazos. El masaje. ¿Para qué hablar de ese masaje? Mi cuerpo tenía el calor de una hoguera india. Si pudiera escribir lo que sentí, y vos lectora evocaras mis sensaciones, te aseguro que esta nota sería más adictiva que el chocolate y el sexo de reconciliación. Todavía no hemos tenido de ese sexo. Me cuesta imaginarte peleando.

Me dijiste que aceptabas mi propuesta de viaje. Yo me emocioné. Casi salto de la cama de la emoción. Ya me imaginaba manejando tu bici rosa, vos en el volante con tus botas marrones, esquivando gente por la ciudad hasta llegar al campo. Y después me bajaste de una trompada; era otra de tus fantasías. Querías ir al Atlántico a pescar ballenas. ¿Harías eso por mí? Me preguntaste con tu boquita de agua helada. ¿Por qué no? Te dije mientras pensaba lo sexy que te veías leyendo Moby Dick.

Buscá dentro del microondas. Nos vemos el próximo sábado en el Atlántico.

Salté de la cama con sorpresa y corrí en puntas de pie hasta la cocina. Dentro del microondas había un dibujo a palitos; estamos en una balsa, se ve el sol radiante, tres aves, una mesa con dos copas con vino, él está con su gorra y una caña pescando la ballena, yo tocando la guitarra. Me caí en la silla a mirar esa miniatura. Aunque lo negara, lo que me ocurría era bastante obvio. Estaba enamorada.

Notas en el refrigeradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora