Nota 17

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Escrita con lápiz en mi cuaderno de dibujos que dejó entre los libros de la biblioteca.

Las tardes que paso con vos todas tienen una gracia única. No se parecen entre ellas. Jamás se repiten. Se diferencian en el recuerdo con claridad. ¿Es por tu amor? ¿O es el odio que le tengo al resto de la semana? Qué importa. Es único cuando ocurre y por eso sé que te amo.

Cuando estoy con vos siento que la muerte se niega, como si ésta dejara de existir. Creo que hay algo de eterno en nuestros encuentros. Algo misterioso que supera incluso las conjeturas del amor. Hay deseo y piel pero también es más que eso. Hay locura en seguir tus fantasías de amante que hace de ama, y que también goza como esclava. Hay un frenesí cuando te cuento mis ensoñaciones durante la semana. Y hay una inseguridad de que te canses de mi delirio. Hay una sinceridad que lo atraviesa toda como el tiempo presente. Hay una verdad que siempre descubro cuando me acerco lo suficiente a tu alma. Hay paz al verte a los ojos. Eso, ya por sí solo, es suficiente para amarte.

Al entrar en vos estoy completo, pero además creo, con la certeza del loco, que va durar para siempre. Entonces es eterno. Claro que esto es falso, pero mientras dura no lo descubro. Esta ilusión se cae como un cristal cuando me alejo por la puerta que entré y regreso a la calle. Ahí aparece sobre mis espaldas el vacío de siempre. Que para ser vacío es bastante pesado. Y ahí es cuando más te necesito. Cuando tengo la alegría de saber que conozco el amor, y un poco más gracias a vos.

Notas en el refrigeradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora