27. La fiesta (Parte 2)

968 64 6
                                    


Como dije antes, me arrepiento de tener un buen presentimiento. 

O sea, la fiesta va bien, pero ya han roto cuadros que había puesto en otro cuarto para que no se rompan. No se como hicieron para encontrarlo, pero lo hicieron. Hay gente durmiendo en el piso, en el jardín, en los flotadores, en los gomones en la piscina. Sigo sin entender como es que se emborrachan tan rápido, pero hay que admitirlo, es gracioso. 

Ya son las 3 de la mañana, y quedamos nosotras y los chicos. Tori y Nora son de las típicas borrachas sentimentales, y están llorando en el sofá mientras el resto charlamos. 

- ¿Y si jugamos a los 7 minutos en el paraíso?- Salta Sam.

- No me parece mala idea - Contesta Nick, mirándolo a Francisco. Sí, esos dos están bien, luego de que Nick le explicara con lujo de detalles como pasó todo.

Al estar todos de acuerdo, decidimos que los chicos se irían al cuarto de Francisco y las chicas iríamos a mi cuarto. Primero irían los chicos, y uno tocaría la puerta cuando el indicado ya estuviera adentro del cuarto de invitados. 

A la primera que enviamos es a Nora, y una vez que escuchamos, salimos para ir al cuarto de Francisco. Al entrar, nos damos cuenta que falta Dylan, como los chicos se dieron cuenta que falta Nora. Como no, a la primera mandamos a la parejita, pero seguramente ellos no saben quienes son. Y no hagan nada. O capaz que si se dan cuenta y tardan mas. 

Efectivamente, tardaron más. 20 minutos para ser exactos. Y ellos dijeron que eso fue rápido. Dios mio. 

A la segunda vez, (ya en nuestro cuarto) mandamos a Tori, y cuando volvemos al cuarto de los chicos, falta Sander. Cabe recalcar que esos dos se caen mal, pero quien sabe, quizás algo cambia. 

Efectivamente algo cambió, ya que Sander apareció con todo el labial corrido en la cara y Tori estaba toda despeinada. Ellos también duraron como 20 minutos, por lo que, decidimos llamarlo "20 minutos en el paraíso".

A la tercera fui yo. Cuando salí al pasillo, recién se cerraba la puerta del cuarto de Francisco, por lo que, el elegido, ya estaba en el de invitados. Cuando entro, me toma de la cintura y cierra la puerta. Me doy vuelta y le acaricio su rostro. El me hace caricias en la cintura, y en eso,  nos empezamos a besar. Es un beso dulce, y apasionado a la vez. Empezamos a caminar, y el se tropieza con la cama y caemos. Ambos reímos, y con ese mínimo gesto ya se quien es, y por cosas obvias, ustedes también. 

Nuestras respiraciones son aceleradas, nuestras bocas van en sincronía. Sus manos buscan el borde de mi remera, y mis manos la suya. Nos sacamos estas prendas casi en sincronía, creo que el ya sabe quien soy, y esto es algo que profundamente, ambos queríamos. 

Pasó lo que tenía que pasar, y todos estaban en el pasillo expectantes. Nos miramos, y efectivamente era Francisco, y dado a que el no se sorprendió, el también sabia quien era.  Todos nos miraban con miedo, pero por nuestras expresiones, se relajaron. 

Sam y Nick chocaron los 5, y se que no es por nada, estos dos algo planearon. Tori y Nora, volviendo a romper en llanto, empezaron a decir que era cosa del destino, que debíamos estar juntos, y que esto sea el comienzo de algo interminable. Los chicos aplaudían, y empezaron a decir que ya nos tendríamos que dar cuenta, que aparte de lo que pasó, algo realmente bueno estaba pasando entre nosotros y que no nos dabamos cuenta. 

Nos dirigimos a la terraza, y ahí estuvimos charlando un rato. Las chicas decidieron ir a dormir en el suelo de mi cuarto, y los chicos en el de Francisco, aunque después terminamos todos en el ex-cuarto de los padres de Francisco, ya que era como el cuarto de el y el mio juntos. Todos estaban en el piso. ¿Quienes estaban en el piso? Ya lo saben, no tengo ni que decirlo.

.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Son las 9 de la mañana cuando amanezco, y estoy sola en la cama, y en el suelo estan todos roncando. Decido bajar, y cuando entro a la cocina me encuentro con Francisco cocinando.

- Buenos días - Digo entrando a la cocina.

- Buen día - Me saluda - ¿Una pastilla?

- Si por favor - reímos. - ¿A que hora te despertaste? - Cuando termino de decir eso, me da la pastilla y el agua.

- No hace mucho, hará media hora. - Se gira para seguir cocinando. Dado a que soy un asco con las pastillas y el dolor de cabeza que tengo no me quedó otra. Una vez que trago, me acordé que no usó condón anoche, y me ahogue. Ante esto, Francisco se giró alarmante y me dio golpecitos en la espalda hasta que paré de toser.

- ¿Que pasó? - Me preguntó con el ceño fruncido.

- Me acorde que no te pusiste condón. 

Su cara palideció. Con una mirada lo dijimos todo, y nos pusimos a buscar en los cajones la pastilla. El la encontró y me la dio, y no tarde nada en tragarla, pero si en volver a dejar de toser. Luego de este evento, decidimos empezar a limpiar un poco, ya que hoy domingo las chicas de la limpieza no vienen, y es mucho para dejarles para que limpien. 

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

En lo que quedaba de la mañana, se fueron despertando todos aquellos que se quedaron a dormir en cualquier parte de la casa, algunos ayudaron un poco, otros seguían ebrios, otros solo nos agradecieron por la fiesta y otros directamente salieron de la casa sin saludar. 

Mañana hay instituto y estamos muy demacrados como para ir, y gracias a Dios no hay examen, así puedo convencer a mis padres de no ir. Es mucho para una joven que estuvo un ebria y tuvo su primera vez con alguien que vive con ella. Si omito la ultima parte, estoy segura que me dejaran. Y seguro que a Francisco también, por lo qué...

Damas y Caballeros, un día con Francisco y Barbara.

¿Charlaran de lo que pasó? ¿Habrá confesiones? ¿Habrá llanto? ¿Gritos? Quédese leyendo y descúbralo en el siguiente capítulo.  




Mi Mayor AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora