- Apuesto a que estás un poco tenso, es todo, por lo de Ema.
Manuel frunció el ceño ante la frase de Martín. Acomodó a Diego contra su pecho y le masajeó la espalda, su piyama de conejitos de franela se arrugó apenas al contacto.
- Nunca se me había cortado la leche. Ni siquiera cuando estaba allá abajo, y ahí sí estaba tenso. A ver, Diego –le dijo a la guagua, que tenía sus rulos claritos revueltos arriba, solo para llamar su atención. El niño lo miró entremedio de sus pestañas largas que dejaban ver ojos medios verdosos, medios marrones nublados y aguados por el sueño que se le venía encima. Le pasó las manos por su cinturita y lo llevó hasta su pecho izquierdo. Tomó aire que luego botó lentamente. Después sintió los labios de Diego y el roce de sus dientecitos que siempre le mandaba escalofríos y entonces sucedió. El niño succionó y Manuel lo sintió. Diego también hizo un sonido chico, como avisándole a su papá que por fin, aquí sí había.
- ¿Viste? Ya está todo bien –Martín susurró cerca, pasándole la punta de la nariz por su cuello y su mejilla, pero Manuel estaba seguro que no era así.
En realidad, estaba colmado. Nervioso y un poco asustado. Y por lo de Ema, sí, Martín tenía razón. Pero también por Sofía y por Benja y la única que se salvaba de su cabeza era Amparo. Todo lo de Ema se había venido muy rápido, pero no era como si nunca lo hubiese visto venir. Ema tenía talento y la gente con talento, tarde o temprano, es descubierta. Manuel solo esperaba que no hubiese sido tan pronto.
Después del mundial Sub20 femenino hecho en Chile, luego de que la selección chilena femenina se haya coronado campeona a penales contra Brasil, precisamente por las dos tapadas de Ema que era una arquera fabulosa, Manuel presintió que todo iba a suceder. Se lo había preguntado a Ema también, le había dicho, ¿tú quieres eso? Y se le había apretado un poco el corazón cuando oyó a su niña decirle que sí. Y las cosas iban a pasar, era así. Ema iba a viajar a España, tenía un contrato bueno y se iba a convertir en la guardameta del Valencia. Manuel no podía decir nada, estaba orgullosísimo. Pero eso significaba dejar que ella se fuera de sus brazos, y eso no le permitía dormir tranquilo.
- Manu –oyó que Martín dijo, de pronto. Apenas se escuchaba la succión suave de Diego contra su pecho. Manuel lo miró a la cara y luego corrió la vista, observando fijo al televisor en la pared.
- No quiero que se vaya –soltó, al final, mirando al pelo de Diego revuelto contra las sábanas. Martín dejó escapar una sonrisa media tristona y se acurrucó un poco más cerca.
- Manu, Ema tiene un buen futuro allá. Yo sé que la vas a extrañar mucho y todos la vamos a echar mucho de menos, pero tenés que entender que es lo mejor para ella. Porque es buena, tiene talento, y si se queda acá, se va a perder. Sabés cómo es el futbol femenino en Chile. Y es su sueño. Desde que era pequeña, ¿verdad? Desde siempre.
- Desde que vio a Claudio Bravo el 2010 –Manuel pestañeó rápidamente, porque lo recuerdos venían a embargarlo a veces y eran cosas que no podía superar-
- Y fue Claudio Bravo quién las sacó campeonas el año pasado –le recordó Martín. Diego cerró los ojos, apoyando su manita en la clavícula de su papá.- No podés ser tan egoísta.
- Es mi guagua, Martín –Manuel murmuró entre dientes- Quiero que esté conmigo siempre.
- Pero también quieres verla feliz. ¿O no?
Manuel no pudo decir nada contra eso.
- ¿Crees que va a ser feliz allá? –preguntó más despacio, luego de unos momentos de silencio. Martín le agarró las mejillas con sus dos manos y le dejó un beso suave encima de su cabello. Manuel cerró los ojos al contacto, permitiéndose sentir el olor de su alfa profundamente.
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Sótano || ArgChi [Omegaverse]
FanficDespués de nueve años, Manuel por fin puede despertar de la pesadilla. Inspirado en la película Room.