Manuel trató de hacer todo, todo lo que estaba a su alcance para transformar el sótano apestoso de seis por seis en algo parecido a un hogar para sus hijos. No lo había logrado, nunca lo lograba pero Dios sabe que él hizo cualquier cosa.
Él pensó en eso, mientras los niños dormían acurrucados en un costado del sótano. Manuel había enrollado camisetas y frazadas y los había cubierto con una colcha porque él simplemente era incapaz de permitir que sus hijos se acostaran en el mismo lugar donde Arthur lo había cogido y anudado. No era suficiente, con probabilidad, pero Manuel quería protegerlos de todo, incluso si eso significaba arriesgarse a sí mismo (en verdad, ¿qué más podían hacerle?).
Un único foco se balanceó desde el techo, iluminando discontinuamente la habitación por algunos segundos. Eso significaba que él estaba en camino. Manuel miró hacia arriba y luego dirigió sus ojos asustados hasta la puerta. Tenía que ser Arthur, pero Arthur nunca venía a esta hora y siempre era ruidoso y molesto cuando bajaba y lo llenaba de gritos y palabrotas. Manuel hacía dormir a los niños en el armario para que ellos no escucharan nada. Los niños nunca dormían, de todas formas.
Un montón de pasos se oyeron desde afuera y Manuel fue alertándose más y más. Los pasos hacían que el techo temblara y que el polvo volara y cubriera toda la habitación. Arrimó hasta el rincón y tocó primero el hombro de Ema, y Ema despertó a Benjamín y a Sofía hasta que los tres estaban confundidos y atontados por las horas de sueño.
- Niños -empezó Manuel, con voz suave, sin embargo- Pónganse detrás de mí. Quédense ahí.
- Papá, ¿qué está pasando? -Ema arrastró la voz, tenía todo su pelo rubio pegado a la cara.
- Nada. -Manuel contestó a secas.
Arthur no sería capaz... Arthur no le haría daño a sus propios niños. No les haría lo que le hizo a él tantas veces. Ellos eran chicos todavía, mucho más chicos de lo que era él cuando Arthur lo tomó desde la calle y lo encerró en esa habitación subterránea. Manuel no iba a permitirlo. Algo dijo Sofía pero se calló al instante cuando Benjamín le dio la mano. Manuel no los vio pero pudo sentir que ellos estaban tan asustados como él.
En esas condiciones Manuel no era de mucha ayuda, pero él era mejor que nada.
Gritos y pisotadas se escucharon desde el exterior, Manuel podría apostar a que estaban justo detrás de la puerta. Cuando quienes estaban afuera la derribaron, Manuel apegó a sus niños a sus piernas y fue capaz de oír el golpe contra el suelo. Las voces de personas llegaron hasta sus oídos, ninguna voz era la de Arthur. Manuel pestañeó dolorido cuando una luz los alumbró a los tres. Los niños se quejaron. Cuando el aturdimiento fue cesando, poco a poco, Manuel fue capaz de ver a un hombre alto, con un uniforme verde, y una linterna en la mano, que era de dónde provenía la luz.
Olió entonces la esencia de alfas y betas desconocidos y tuvo miedo de que ellos pudieran hacerle algo a sus hijos porque todos podían ser capaces de cualquier cosa pero el hombre de uniforme verde levantó las manos y dio un paso hacia atrás y Manuel le miró confundido. Su cabeza no era capaz de procesar las cosas que estaban pasando.
- Mi teniente -dijo el hombre- Mi teniente, venga a ver esto. No lo va a creer.
Manuel abrió la boca pero nada de voz le salió. Al instante una mujer apareció en la puerta del sótano y le vio a él con ojos de sorpresa, pero también de pena.
- Soy la Teniente Jacinta Rodríguez -dijo ella. Manuel no dio ni un paso adelante, podía sentir la boca de alguno de sus niños directamente empujando en su espalda- Usted... usted está a salvo ahora.
O
OEl aire de la habitación lo sofocaba, aunque la cama era lo más cómodo que había sentido en tanto tiempo. Había un ruido que no paraba desde algo que él no podía ver porque estaba flotando en algún lugar lejos del infierno en la tierra donde vivía con sus niños. Había olor a antisépticos que él no recordaba haber olido antes porque el último olor significativo que pudo sentir fue la sangre cuando parió a sus hijos.
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Sótano || ArgChi [Omegaverse]
Hayran KurguDespués de nueve años, Manuel por fin puede despertar de la pesadilla. Inspirado en la película Room.