Consecuencias...

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Disclaimer: A estas alturas, creo que ya ha quedado más que claro que Hetalia no me pertenece, ¿verdad?

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¡Y llegó el siguiente capítulo! ¡Por favor léanlo y no se olviden de comentar! 

Pues... las cosas pueden dar un giro inesperado...

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Fin... Fin... FINLAAAAND! -fue lo único que pudo proferir la garganta del sueco, mientras observaba atónito a Finlandia, cubierto de sangre, encima suyo.

-Ru... Ruotsi... ¿es...tás... bi...en...? -preguntó a duras penas y con la respiración bastante entrecortada el finlandés.

-¡Q...qué... rayos...! ¡Enfaldigt (tonto)! ¡Soy yo el que tendría que preguntarte eso!!! -replicó Suecia, inusualmente histérico, mientras se incorporaba tan rápido como podía y colocaba a Finlandia en su espalda.

Dinamarca yacía aún sobre la nieve, con los ojos más que abiertos, una expresión de incredulidad absoluta y la mano temblorosa con el arma aun apuntando hacia adelante, ahí donde antes estaba el sueco.

-Da... dammit... -fue lo único que el danés atinó a decir- Fi... Finland... le disparé a Finland... -balbuceó, sin poder salir de su asombro. Ya las ganas de pelear, de matar a Suecia y de dar rienda suelta a su ira se habían esfumado por completo. -Pe... pe... pero... ¿por qué demonios se interpuso? -aún en shock, Dinamarca soltó el arma, que cayó pesadamente sobre el terreno.

Por su parte, Suecia hacía lo posible por no entrar en pánico, mientras acomodaba a Finlandia lo mejor que podía sobre unas rocas...

-Finland... Finland... no te desmayes... por favor... por favor sigue consciente... -le suplicaba el sueco a su amigo al ver que poco a poco iba perdiendo el conocimiento. ¿Por qué diablos tuvo que envolverse en esa absurda pelea con Dinamarca? A su mente regresó el momento en que el danés le estaba por disparar. Él realmente creyó que era el fin, cuando de pronto, alguien lo empujó a un lado. Ese alguien era el finlandés. Para evitar que le hicieran daño, se interpuso y recibió aquel balazo que no le correspondía. ¡Rayos! ¡Lo hizo por salvarlo...!

Si a Finlandia le pasaba algo por su culpa, jamás se lo perdonaría...

A Islandia se le olvidó por completo que tenía el tobillo lesionado. Poniéndose de pie de un salto, corrió hacia donde yacía el finlandés. Llegó justo cuando Suecia se arrancaba un pedazo de ropa.

-S...Sve...

-Is, no hay tiempo que perder... ábrele el abrigo. Tenemos que...

-Ubicar la herida... -intervino Noruega, que traía consigo el botiquín de primeros auxilios-.

-E... exacto... -respondió el sueco, con la voz temblorosa.

-¡A...a...aquí está! -exclamó el islandés, que había obedecido las órdenes de Suecia y, tras examinar a Finlandia, había encontrado la herida, que ahora señalaba, en el hombro del finlandés.

-Bien, Is, Sve. Tenemos suerte. La bala no cayó en un lugar comprometedor -anunció Noruega, sereno como siempre-. Sin embargo...

Norgen, deja de hablar y concéntrate detener la hemorragia! ¡¿Acaso quieres que Fin entre en estado de shock?!- el sueco, exasperado por la pasividad del noruego, lo había empujado a un lado y ahora presionaba la herida, que sangraba profusamente, con el pedazo de ropa que se había arrancado anteriormente.

Excursión sobre la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora